No pudo venir a Valdemorillo el anunciado El Renco y la empresa, después de mucho pensarlo y meditarlo, se decidió por Alfonso Romero, un torero murciano que lleva varios años intentándolo y que, a la postre, ha sido el triunfador del festejo.
Cortó una oreja en el tercero, un toro violento que mostró su tendencia a rajarse, pero que, tapado y toreado, se desplazó con emoción. Así lo entendió Romero, que demostró un buen concepto del toreo. Además, mató bien, en la suerte de recibir y cortó una merecida oreja.
El sobrero parecía más franco de salida, pero pronto comenzó a quedarse corto, a colarse por el pitón izquierdo y a buscar. Con él se afanó Romero, intentando siempre agradar, jugándose el tipo y volviendo a matar de una gran estocada, aunque necesitó de tres descabellos más. A las puertas de Madrid, Romero dejó sus credenciales.
Manolo Sánchez se las vio en primer lugar con un animal que nunca humilló y que aprendió pronto, por lo que decidió liquidarlo. Su segundo, que estuvo mucho tiempo en el peto, fue codicioso, tampoco humilló y se volvió cada vez más incómodo, rebrincado, a la defensiva y sacando un peligro patente. Manolo Sánchez hizo de tripas corazón y sacó su orgullo torero para dejar una buena impresión.
Luis de Pauloba dibujó derechazos largos en su primero, un burraco que embistió con franqueza por el derecho hasta que se rajó y se puso a la defensiva. El sevillano no se acabó de confiar y volvió a repetir sus fallos con la espada.
Con el quinto, una auténtica prenda que puso en vilo a los toreros durante toda la lidia, Paulobaestuvo digno ante las peligrosísimas embestidas del animal.
En resumen, decepcionó la corrida de Antonio San Román, pero el sol brilló en todo momento, lo que ya es bastante en Valdemorillo.