IVÁN RUBIO
MADRID (España). «Nunca había visto una cosa igual: el primer día se daba un concurso de recortes por primera vez en Melilla y apenas hubo sesenta personas. El martes, una corrida de toros con Miguel Ángel en solitario, no hubo ni cien personas de pago. Había más gente de la banda de música que público».Son palabras de Antonio García,hasta ayer miércoles empresario de la plaza de Melilla, dolido y triste por no haber podido siquiera concluir la feria al frente del coso.
El administración de la ciudad autónoma de Melilladecidió ayer rescindir el contrato de explotación de la plaza de toros que mantenía con García.El empresario lo explica así: «Los motivos han sido varios. Uno, la poquísima gente que asistió a los dos primeros espectáculos. Otra era que, al caerse Joselito, se daba un incumplimiento del contrato que habíamos firmado, por el cual el torero estaría en la feria salvo por un caso de fuerza mayor, que pudiera ser una enfermedad o lesión».
El espada madrileño no iba a comparecer en Melillaal no poder lidiarse la corrida prevista de Núñez del Cuvillo, con problemas burocráticos a la hora del embarque. «A Melilla los toros tienen que venir en barco y, aparte de estar 24 horas en los corrales, tienen que estar 18 horas antes en la aduana. Intenté hasta última hora traer los toros, hasta pensé en una avioneta privada, en paterao como fuera».
Al final resultó imposible embarcar esa corrida y también sustituir a Joselito. «A José se le ofreció matar la corrida de Osborne, que estaba aún en Málaga, pero tenía ya toda la documentación en regla para pasar a Melilla. Pero claro, el torero estaba anunciado con la de Cuvillo y no accedió. Se ofreció al Ayuntamiento sustituir a Joselito por Finito de Córdoba, pero no aceptaron, porque no había causa de «fuerza mayor» para que no estuviera Joselito».
Quizá el problema más grave fuera el de la asistencia de público en las dos primeras jornadas. Garcíaesperaba «salvar la feria con las dos corridas fuertes de jueves y viernes. El contrato sólo me obligaba a dar dos corridas y una novillada pero yo quise ofrecer dos corridas más y los recortes. Era una feria apañadita, nada del otro mundo, pero una feria graciosa«.
Al final, hubo que suspender la corrida del miércoles, con Juan Muriel, Álvaro Gómezy Carlos Pachecoen el cartel, y se llegó al desenlace conocido. «Estoy muy triste. Vine con mucha ilusión de trabajar por una afición muy aislada, pero al final ha sido una ruina».