El empresario de La Maestranza habla sobre la espectación que ha levantado el ciclo, el ambiente que se respira en las taquillas y analiza los entresijos en las contrataciones de la Feria de Abril 2019
Ramón Valencia I Montaje fotográfico: ISMAEL DEL PRADO
JAVIER JIMÉNEZ > Madrid
En menos de 24 horas en La Maestranza volverá a esucharse el «cerrojazo» de la puerta de cuadrillas para dar comienzo a la Feria de Abril 2019. El trabajo por parte del empresario de la plaza, Ramón Valencia, ya está hecho. Ahora, es tiempo de analizarlo.
La feria se desarrolla desde el 1 al 12 de mayo. De la corrida de Torrestrella a la tradicional de Miura. Entre medias, carteles rematados y de auténtico relumbrón que han levantado la expectación de la afición hispalense. ‘Las perspectivas son favorables, porque los carteles han levantado un ambiente muy bueno entre la afición. Aunque siempre hay algún matiz, porque la perfección no existe, la feria ha caído muy bien en Sevilla’, asegura Ramón Valencia, empresario del coso hispalense.
La Maestranza ya luce sus mejores galas, esperando en soledad y callada las grandes citas. Aquellas, en la que los tendidos lucen cubiertos y sin ningún hueco. ‘En mi cómputo espero que se acabe el papel en siete tardes, aparte de la tarde de Domingo de Resurrección, y para esto soy optimista, pero si no es así, cinco tardes va a estar lleno seguro y dos rozando’, afirma Ramón Valencia.
Lo que no ha podido aumentar este año ha sido el número de abonos a pesar de la gran calidad en los carteles ofertados. ‘Esperaba aumentar algo más los abonos, pero tampoco se han disminuido. Se han mantenido, que en los tiempos que corren tampoco es mala noticia, pero sí que es verdad que en ese aspecto esperábamos más’, mantiene esperanzado por el ambiente que se vive en taquillas.
El trabajo de varios meses sale a la palestra en quince días. Las horas de negociaciones y de decepciones se quedan guardadas con la esperanza de que todo haya merecido la pena. ‘Elaborar una feria de la categoría de Sevilla tiene mucha complejidad, porque hay que intentar satifascer a todos. Primero, a las figuras, porque siempre hay que contar con ellos, y luego a los toreros que quieran venir. Todo eso, hay que cuadrarlo con mucho trabajo’, admite.
Siguiendo con el tema de las contrataciones y la elaboración de los carteles, sale a la palestra la cantidad elevada de dinero invertida en las combinaciones. ‘Es un ciclo más caro que los anteriores, pero también depende de lo que cada uno entienda por el concepto de «caro». Dependiendo del concepto, la feria puede ser cara o carísima. En el momento en el que las figuras vienen cuatro, tres o dos tardes, el presupuesto se dispara‘, afirma.
Sin embargo, Ramón Valencia tiene claro que para recoger, primero hay que invertir. Sabedor del gusto de la afición de Sevilla por lo carteles rematados, todo argura que la afición responda al presupuesto depositado.
Entre las combinaciones, destaca la presencia de Sebastián Castella, por primeza vez, en la corrida del legendario hierro de Miura. ‘Castella tenía la idea de anunciarse con la corrida y esa intención me la trasladó su apoderado Simón Casas cuando ya estaba avanzada la confección de los carteles; que un torero de la categoría de Sebastián Castella quisiera matar la corrida de Miura era algo a lo que yo no me podía negar’, insiste esperanzado y orgulloso de lograr ese cartel.
El 1 de mayo comenzará el ciclo continuado de corridas de toros, pero antes, el albero de La Maestranza ya ha sido testigo de dos festejos. ‘Los seis toreros, que ya han hecho el paseíllo, han venido con muchas ganas, pero el juego de los toros ha condicionado todo; a la corrida de Victoriano del Río, salvo un toro, le faltó empujar y terminar y en la corrida de La Palmosilla salieron un par de toros nobles, pero a los que le faltó fuerza’, analiza con sinceridad.