C.R.V.
Lo peor que le puede pasar a un artista es que provoque indiferencia. Un parámetro de inanición que no le va a suceder aJulio Benítez El Cordobés. Hace seis meses era hombre al aire en cada tentadero, ahora, su tauromaquia es una extraña y novedosa macedonia: posee la muñeca del padre, pisa el sitio deOjeday le gusta el «vis a vis» del parón en la barriga o en los muslos. Desde muy cerca torea muy largo: expulsa y recoge al toro siempre por abajo y toreando con los vuelos. Tiene huevos, no hay duda.
El escepticismo profesional ponía en duda la pasión verbal de sus apoderados, losLozano. Pero, visto a pie de obra, este nuevoCordobésque mezcla en su rostro los rasgos de su madre,Martinay el del fenómeno de Córdoba, tiene mucho de cosecha propia, duro entreno y ausencia de gestos que no sean necesarios para torear. Un bicho.
SU TOREO EN IMAGENES
Un torero y una forma de torear que no dejan indiferentes
Una mezcla sólida: el toreo personal de Julio Benítez.
Las preocupaciones y responsabilidades del nuevo Cordobés.