ELENA PALOS
MADRID (España).El llamado ´mal de las vacas locas´, como era de esperar, se está dejando notar dentro del mundo del toro, aunque no precisamente en lo que respecta a la salud del toro de lidia.
Pese a que no se ha detectado ningún caso de encefalopatía espongiforme dentro de la cabaña brava española, las autoridades han decidido que es necesaria la incineración de las reses al finalizar el festejo en la mayoría de las Comunidades Autónomas, excluyendo la posibilidad de que la carne de estos animales pase a la cadena alimentaria mediante la realización de los test Prionics. Por ese motivo, los gastos usuales derivados de la celebración de un espectáculo taurino se ven incrementados ya que, a la prohibición de vender la carne de las reses, hay que sumar los costes del transporte de los animales hasta las incineradoras así como la propia incineración. Hasta la fecha y en comparación con el año pasado, el número de festejos se ha reducido en un 30 por ciento.
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