OSCAR ARANDA
PAMPLONA (España).Con gran éxito de público, se ha puesto el punto y final a las jornadas taurinas que, con el patrocinio de M undotoro, ha organizado la Universidad de Navarra. La primera de las mesas comenzó a las 10:30 horas y los protagonistas fueron el recientemente alternativado Martín Antequera, el también matador de toros Paco Alba y los novilleros Julio Pedro Saavedra y Matías Tejela, moderados por el periodista Miguel Ángel Moncholi. En ella se ha hablado de la dureza, las dificultades y los sinsabores que se viven en el escalafón inferior o hasta alcanzar un puesto destacado. De esta manera, y como tema central, se ha hablado de los ´ponedores´. A este respecto, todos los participantes han coincidido en señalar que es una realidad que está ahí y que es difícil de cambiar. Así, por ejemplo, Paco Alba ha expuesto que » la culpa de los ´ponedores´ la tenemos nosotros. La realidad es que un día te
llaman para una corrida y al siguiente te comunican que ha llegado otro que pone medio millón de pesetas«. Algo que ha ratificado Antequera «lo primero que te dice un empresario es que si tienes dinero. Es muy duro jugarse la vida, y que encima te cueste dinero».
A su vez, los toreros han expuesto su situación personal. Paco Alba se ha basado en sus propias experiencias para demostrar la dureza e incluso la injusticia que existe en esta profesión, «en la cuál un día cortas cuatro orejas y a los dos días ya nadie se acuerda de ti». A pesar de ello, ha dejado claro que nunca se pierde la esperanza.
Por su parte, Martín Antequera ha hecho un repaso de su carrera hasta convertirse en matador de toros: «A veces te levantas y no tienes ilusión por nada, pero aun así, hay algo dentro de nosotros que te anima a seguir. Ese al menos ha sido mi caso durante cinco años, en los que prácticamente no he toreado».
Julio Pedro Saavedra ha reconocido estar en una situación privilegiada. El novillero ha asegurado que «fácil no es nada, ahí están por ejemplo las once cornadas que llevo. Cuando me visto de torero salgo a triunfar o morir, nunca para fracasar».
Por último, Matías Tejela habló sobre los esfuerzos y sacrificios necesarios para sobrevivir en esta profesión. El novillero sin embargo, dejó claro que «aún así merece la pena. Lo bonito de esta profesión lo compensa y cuando uno está delante de un toro, por lo menos yo, se siente como si fuera Superman».
A las 12:30 horas comenzó la segunda y última mesa, en la que, moderada por el periodista de ABC Sevilla, Manuel Ramírez, se sentaron el matador de toros Francisco Ruiz Miguel, el aficionado Juan Luis Muñoz y dos de los principales organizadores de las jornadas, José Manuel Laza y Chapu Apaolaza.
Un cierre de lujo en el que Ruiz Miguel ha hablado de su cariño a esta tierra, «Pamplona tiene una sensibilidad de la que carecen otras plazas que presumen de ella», de su próximo compromiso en San Sebastián y de sus sentimientos andanzas y anécdotas como matador de toros.
Ruiz Miguel ha expresado estar «muy preparado para sus compromisos más inmediatos, la corrida de San Sebastián y las próximas que puedan surgir, siempre ante toros de Victorino. Aunque finalmente no voy a matar la camada completa, si que, seguramente dependiendo de como salgan las cosas en San Sebastián decidiré torear alguna más.» Sobre el miedo ha expresado que «hay que hacer un pacto con él y dejarlo en la habitación del hotel».
Por último, el torero ha reconocido a Rafael Ortega como su maestro y ha expresado su admiración por Curro Romero y Juan Belmonte.
El maestro de la isla de San Fernando se despidió, visiblemente emocionado, envuelto en una calurosa y cerrada ovación.