Por Alberto de Jesús
La Camarga se ha caracterizado desde siempre en sus conocidos abrivados de caballos y toros. Están acostumbrados a este tipo de recorridos y organización, pero no al de encierros con toros de lidia, aunque sí se han realizado en la parte vascofrancesa, como los que se realizaron en la localidad de Saint Sever, y por cierto, con gran éxito.
El alcalde de Béziers, Robert Ménard, está dispuesto a cooperar en todo lo que sea necesario para que este espectáculo se produzca, lo que daría una marca única a la feria de su ciudad. Para ello, el Ayuntamiento tomaría todas las precauciones para garantizar la viabilidad en términos legales y de seguros, y facilitaría cualquier cuestión que se le planteara, así como aumentar la seguridad al máximo, contando con la experiencia en encierros tradiciones que existe en toda la zona camarguesa.
La empresa taurina ya ha realizado los primeros contactos con la administración competente para adecuar, y solicitar, los cambios legislativos que deben permitirlo, incluso si fuera necesario, solicitar el cambio de legislación taurina para que este evento se permitiese.
Del mismo modo, la empresa ya se ha reunido con los proveedores aseguradores especializados que tienen la capacidad de proteger este tipo de eventos. Por otra parte, ya se han establecido contactos con corredores españoles muy conocidos para traerlos en este proyecto de alto vuelo, lo que le daría al espectáculo un alto nivel de calidad de participantes.
Los organizadores, Ayuntamiento y comercios de la ciudad ven un acierto este proyecto, ya que permitiría la influencia de la feria en el mundo entero y aportaría un nuevo soplo de vida a la economía local al atraer un nuevo público cada día al amanecer durante la semana de feria.
Este tipo de proyectos ya se presentó en varias ciudades españolas en el pasado, como Madrid, Castellón o Valencia, para unirlos a sus ferias, pero la falta de valor de los alcaldes y mandatarios echaron al traste dichas propuestas.
En el caso de Valencia, la idea era celebrar encierros con los toros de las corridas de la Feria de Julio y que hubiesen aportado a la ciudad muchos cientos de millones de euros. Pero entonces, la alcaldesa Rita Barberá no apoyó dicha propuesta, tirando por tierra una de las propuestas más interesantes que se hayan presentado nunca para revitalizar la temporada estival valenciana. Tal vez, si algún día entra un Gobierno valiente a gobernar la ciudad, se pueda retomar esta idea y darle un vuelco de 180 grados a la Feria de San Jaime.