Hay ganas de toros. En Francia también. Se percibió el pasado fin de semana en Saintes Maries de la Mer y este sábado, Beziers volvió a corroborarlo. Hubo lleno. Y hubo orden. Triunfos también. Porque la gente estaba deseosa de agitar unos pañuelos confinados durante todo el año. Ponce y Castella cortaron una oreja cada uno, y si no es por la espada podían haber incrementado su cuenta. Margé también triunfó porque el sexto toro fue premiado con la vuelta al ruedo, de modo un tanto exagerado, tras sobre todo su alegre pelea en varas. Pero fue Lea Vicens quien se llevó el gato al agua y por cuarto año consecutivo salió triunfante de esta ciudad del sureste. Triunfante pero a pie, porque las para las Puertas Grandes tendremos que esperar un poquito más.
Lea abrió la tarde frente a un animal noble de Bohórquez. Lo rejoneó con buen gusto y temple la amazona gala. Entusiasmó al público al lomos de Bético, su caballo estrella. Corto el primer apéndice de la función. El cuarto de Bohórquez fue otro animal manejable que permitió a Lea Vicens expresarse. Sus pasajes con Diluvio y Bético fueron de buen nivel. Paseó otra oreja.
Enrique Ponce se las vio primero con un animal manejable de Margé que brindó a Sebastián Castella. Las tandas sobre la diestra tuvieron más empaque ya que el animal protestó más por el pitón izquierdo. Cerró su faena con las poncinas. El toro tardó en doblar por lo cual el maestro de Chiva tuvo que usar el verduguillo lo que enfrió la gente a la hora de pedir la oreja.
El quinto fue devuelto tras estrellarse contra un burladero y quedar maltrecho. El sobrero de Robert Margé fue un animal muy soso. No se desanimó Ponce y construyó su faena a base de paciencia. Acertó a la hora de matar y cortó una cariñosa oreja.
Sebastián Castella brindó su faena a Robert Margé que organiza este año su última feria al frente del coso galo. Castella principió su faena sentado en el estribo arriesgando mucho y respondió el público. El toro tuvo un buen pitón derecho mientras buscaba huir por el otro pitón. Le hilvanó muy buenas tandas Castella por la diestra antes de pasear una oreja en recompensa.
Castella lució al sexto en el tercio de varas donde el animal se arrancó con prontitud. Aprovechó esa condición Castella para arrancar con sus tradicionales péndulos. Persiguió con el toreo fundamental por ambos pitones. El fallo a la hora de matar lo dejó sin premio mientras el de Margé fue premiado de modo un tanto excesivo con la vuelta al ruedo.