JAVIER HURTADO
VALENCIA (España).Una novillada enrazada de Coquilla de Sánchez Arjona ha supuesto una difícil prueba para la terna de novilleros en la segunda del abono fallero. El temperamento del ganado no permitió sutilezas ni florituras toreras. Requirió de oficio, valor y conocimientos para primero someterlo y después torearlo. En el juego picajoso de los novillos estuvo el meollo de la lidia. Acostumbrados a otro tipo de encastes, mucho más dúctiles y manejables, los jóvenes espadas se vieron casi siempre desbordados por sus oponentes.
Tanto Juan Alberto como Iván García estuvieron a merced de los novillos y, aunque decididos, no impusieron su ley. César Jiménez, -en la imagen- en cambio, sin conseguir faenas relevantes en cuanto a la carga de torería y refinamiento que hubiera deseado el novillero, sí estuvo muy dispuesto, firme y entregado. La afanosa forma con que plantó cara a los ´coquillas´ gustó al público valenciano, que pidió por dos veces la oreja. La presidencia, hoy más rigurosa que ayer, no encontró mayoría de pañuelos y el madrileño paseó dos veces el redondel al morir el segundo de la tarde y una más después de ser arrastrado el quinto.
FOTOGRAFÍA: MAURICE BERHO.
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