
PACO ROMERA
Logroño (España). El Cid ha cortado dos orejas tras firmar una tarde notable en el segundo festejo de la Feria de Logroño, en el que se lidió una corrida de El Pilar que tuvo cuatro toros fuertemente aplaudidos en el arrastre. Morante de la Pueblapaseó una del que abrió plaza y Diego Urdiales, que completaba el cartel, perdió con el verduguillo las dos orejas del segundo, tras una faena de alta nota. El pique en quites que Morante de la Puebla y El Cid protagonizaron en el sexto toro enriqueció un festejo ya de por sí entretenido.
El Cid refrendó su actual racha con una notable actuación en Logroño. Paseó una oreja del tercero, un toro de El Pilar que humilló y tuvo fijeza. El Cid, asentado y firme, lo muleteó con prestancia en un trasteo que alcanzó su cenit sobre la mano izquierda, por donde llegaron dos tandas de muletazos profundos y ligados. Mató de una estocada entera.
En el sexto, Morante de la Puebla y El Cid protagonizaron un ‘pique’ de alto nivel en el tercio de quites. El de la Puebla llevó a cabo un fastuoso quite por chicuelinas al que El Cid replicó con tres verónicas mecidas y cadenciosas. En la muleta, el toro tuvo calidaz, nobleza y recorrido y el torero de Salteras construyó con él una labor caracterizada por el empaque y la armonía, que contó con muletazos profundos y parsimoniosos. Volvió a cobrar un estoconazo y paseó otra oreja.
La lidia del primero de la tarde había dejado otro ‘pique’ en quites entre Morante de la Pueblay Diego Urdiales que no fue todo lo lucido que cabía esperar debido a que al toro le faltaba un tranco. El de El Pilar claudicó en banderillas pero desarrolló calidad en la muleta y Morante, inspirado y extraordinariamente relajado, inició su faena por abajo para firmar después dos tandas sobre el pitón derecho templadas y llenas de sabor, llevando al toro muy prendido. Un final de faena deslumbrante y una estocada fulminante fueron el prólogo a la concesión de una oreja. El cuarto fue un toro muy deslucido, que salía distraído y se paraba a mitad de muletazo. Tras algunas probaturas, Morante se perfiló con la espada para ponerle fin a la lidia.
Diego Urdiales se encontró con un toro muy serio que fue el paradigma de la bravura: tuvo un tranco excepcional en la muleta, humilló, se venía al toque, tenía fijeza y, sobre todo, motor y transmisión. Urdiales, muy inteligente en las distancias, lo muleteó en tandas encajadas y profundas en un trasteo rítmico que conectó en seguida con los tendidos. Tras una estocada entera, el toro tardó en caer y el riojano se atascó con el verduguillo, lo que le impidió pasear las dos orejas que merecía una de sus mejores actuaciones en Logroñó. Saludó una ovación tras escuchar dos avisos. Urdiales hizo acopio de responsabilidad y le planteó una faena sin volverle la cara al quinto, un toro a la defensiva, rebincado y que rebañaba que estuvo a punto de echarle mano. Saludó una ovación tras dos avisos.
Plaza de toros de Logroño. Algo menos de tres cuartos. Segundo festejo de Feria. Toros de El Pilar, los tres primeros de buen juego, especialmente el segundo. 4º y 5º, deslucidos. 6º, bueno. 1º, 2º, 3º y 6º, fuertemente aplaudidos en el arrastre. Morante de la Puebla, oreja y silencio; Diego Urdiales, ovación tras dos avisos y ovación tras dos avisos y El Cid, que sustituye a Cayetano, oreja y oreja. Se desmonteraron El Víctor, tras parear al segundo y ‘Alcalareño’ y David Saugar ‘Pirri’ tras parear al sexto.
FOTOGRAFÍAS: POYATOS