REDACCIÓN
QUITO (Ecuador) El ganadero y matador de toros José Luis Cobo lleva dos años sin estar presente en los carteles de Quito como torero aunque sí lo hace como ganadero. Ayer lidió con el hierro de Triana y hoy, en una de los combinaciones estrellas del abono con Joselito, Juliy Albán, lo hace con la otra divisa de la casa: Huagrahuasi. Cobo analiza el porqué de su ausencia en los carteles quiteños vestido de luces : «Es muy difícil torear aquí junto a los espadas españoles ya que hay que estar muy preparado. Para llegar puesto a la feria, hay que dedicarle mucho tiempo al toro y quitarlo de otros menesteres». A pesar de ese paréntesis, no quiere decir que Cobo se retire de la actividad torera.
La base de sus dos ganaderías son las pajuelas. El quiteño prescinde de los sementales: «Inseminamos las vacas con aproximadamente 25 toros y tengo pajuelas de otros 15 aún por probar. Además voy a poner en marcha un programa masivo de embriones que nos permitirá obtener 11 crías por vaca. La que parirá ella y diez más vía embrión. Con ese número de cabezas, podremos hacer una buena selección para proveer al circuito nacional y, también, poder exportar algunas corridas a los países taurinos de nuestro entorno».
Entre los dos hierros de Cobo: Triana y Huagrahuasi, apenas hay diferencias. Tienen la misma matriz. El encierro que se va a lidiar hoy en Quito, según su propietario, es parejo, bien hecho y esperanzador por la hechuras que tiene: «Apuesto por los números 82, 93 y 62. Estoy convencido de que darán buen juego y de que deberían abrir los lotes».
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