REDACCIÓN
MADRID (España).Ya no hay quien los pare. A ver. Mucho antes de que el presidente del club de balonmano Portland San Antonio, Fermín Tajadura, gritara vivas al santo, los mozos bullían en la plaza de la Casa Consistorial bañándose en cava, vino y kalimotxo, cuya mezcla hedorosa quedará matizada por la persistente lluvia que caía en el acto sublime del chupinazo. Es víspera de San Fermín: o sea, ya se ha expedido la licencia para las exageraciones. Gritos, apretujones, vidrios vacíos y llenos….que contrastan con el discurrir diario de los corrales de la plaza de toros. Apartado y sorteo en normal discurrir de los toros de Murube que se lidiarán esta tarde (sin peñas en la plaza aún) por Leonardo Hernández, Fermín Bohórquez y Hermoso de Mendoza. Por cierto, la policía foral se incautó de unas 500 docenas de huevos rompiendo la tradicional batalla de yemas y claras…..
El Ayuntamiento pone 320 millones de pesetas para estas fiestas. Pero el presupuesto es de cientos de millones, de miles de millones generados desde hoy por el toro bravo, en una ciudad que pasa de tener una población de 250.000 habitantes a otra de más de millón y medio que dejan buenos beneficios. Y todo a causa del toro de lidia, que ayer (los novillos del festejo) eran subidos por una grúa al camión que los debería llevar a la incineradora.
Desde el encierrillo (paso de los toros desde su primera instancia hasta los Corrales de Santo Domingo) hasta el encierro y posteriormente la corrida en la plaza, todo es toro, todo por el toro y para el toro. Sin el toro bravo nada sería posible en Pamplona y por esa razón los responsables de la MECA, Casa de Misericordia, están contentos y reconocidos por saber que los sectores taurinos han sabido tener sensibilidad respecto a estas fiestas internacionales sin reaccionar con un paro.
Sin el toro bravo, el que llega a Pamplona desde la Andalucía más baja, o desde Salamanca o Extremadura…, sin la presencia de los toreros, nada tendría sentido en San Fermín, en Pamplona. Es el ejemplo más claro de la capacidad de convocatoria y de la fuerza de la tradición de la fiesta, pues el encierro no es otra cosa que una derivación de la llevada de los toros a las ciudades y hasta las plazas hace varios siglos.
Toros que vencen además a la política o al mal uso de la política, ese que hacen cada año los concejales de Euskal Herritarrok cuando pretenden poner la enseña de Euskadi en el balcón del Ayuntamiento tras el chupinazo. Pero los navarros con muy suyos y no consienten actos prepotentes, cada año los sacan del balconcillo central del Ayuntamiento de forma cordial: a empujones. Al lío, al toro y a la fiesta. Viva San Fermín 2001.
… PÁGINA FERIA DE SAN FERMIN
… previo FERIA DE SAN FERMÍN