César Jiménezy El Julidisfrutaron e hicieron disfrutar al público hoy en la plaza de Logroño.La cuarta de abono supuso un salto de calidad para la Feria de San Mateo, con las dos primeras faenas de dos orejas vividas en el coso de La Ribera en el serial septembrino.
Dos faenas rotundas y fáciles de premiar. De golpe sacó el presidente el par de pañuelos blancos después del trasteo de César Jiménezal tercero, y con una leve dilación a la muerte del segundo de El Juli. Por chiqueros salió una corrida de Torrealta,muy buen presentada y seria, con dos toros buenos, sexto y sobre todo tercero; tres blandos, sosos y deslucidos, y otro que quedó sin definir, el quinto, que se lesionó de salida la mano izquierda. Su relevo fue un ejemplar de San Martín, bravo, noble y de embestida templada por ambos pitones.
César Jiménezpresentó en la capital riojana las credenciales que le han hecho triunfar en plazas como Santandero Valenciaen su primera temporada de matador de toros. Muy tranquilo y sereno, ejecutando las suertes con quietud y gusto, andando por la plaza y ante la cara de los astados con torería y suficiencia, el madrileño ha formado un auténtico lío y poco ha faltado para rubricar un triunfo de clamor con cuatro orejas en el esportón.
Fueron tres pero la grata impresión que dejó va mucho más allá de las cifras. Un inicio de faena de rodillas en los medios al tercero fue suficiente para meter al público en la faena. Que la cabeza le funciona al espigado diestro es un hecho contrastado. Administró pausas y distancias, consiguiendo que el toro durara hasta el final y el trasteo no decayera. Naturales sin fin y pases de pecho de pitón a rabo, abrochados con adornos de rodillas, dieron paso a una gran estocada entrando tan derecho como despacio.
‘No hay mal que por bien no venga’, debió pensar El Julial ver como se devolvía al quinto por lesión. El sobrero de San Martínno se dejó torear con el capote pero, atemperado en varas, sí dejó ver un despacioso quite por verónicas de Julián y perdonó a Jiménezcuando cayó en su cara al intentar rematar un quite por navarras. Pareó con acierto y aprovechó al natural la santacolomeñaembestida del astado, con mucho temple pero saliendo del muletazo con la cara a media altura. Conforme avanzaba la faena El Julise fue encontrando más y más a gusto, hasta acabar toreando a placer en derechazos de mano muy baja y naturales con la cintura rota. Faena de dos orejas, que el presidente concedió sin hacerse de rogar.
Más problemas tuvo el usía para valorar la actuación de César Jiménezen el sexto. El respetable, que había acompañado con el grito de ‘torero, torero’ la agonía del animal, pidió nuevamente el doble trofeo para Jiménez,pero en esta ocasión, el presidente no tuvo a bien concederlo. Vistoso y variado en quites, innovador y espontáneo con las telas, el debutante trazó una faena de corte similar, sin obligar al toro, con menos fortaleza que su primero. Césaracabó encontrándose tan a gusto que alargó su faena a pesar de que el de Torrealtacomenzó a renquear de una de sus extremidades. Una estocada cobrada en rectitud parecía suficiente pero el animal tardó en echarse y el puntillero no acertó a rematarlo.
Nunca se acopló El Julia la deslucida embestida del segundo, que ni humillaba ni repetía. Además, cosa extraña, el madrileño lo pinchó hasta cinco veces antes de dar con el camino correcto para su espada.
Convidado de piedra a este festín artístico fue Finito de Córdoba, que se topó con un lote soso y deslucido al que pasaportó sin aprietos ni apreturas.