Si algo caracterizan a los jóvenes que deciden ser toreros, es su capacidad de sacrificio de lucha, de constancia y de esfuerzo con el objetivo de alcanzar la meta propuesta: ser matador de toros. Hay numerosas situaciones en la que las circunstancias obligan a tomar medidas drásticas y que hacen madurar a una persona. Por ejemplo, decisiones relacionadas con la familia o con cambios en tu forma de vida para llegar a conseguir dicho fin.
Así podría definirse la historia de Cristian Restrepo, el niño torero de nacionalidad colombiana que a la edad de 13 años ha decidido tomar una decisión fundamental: abandonar su país, su casa y su familia para viajar hasta España. El objetivo es formarse como torero en la Escuela de Tauromaquia de Madrid, entidad donde su padre, el matador de toros colombiana Cristian Restrepo, también se formó y comenzó en esta dura profesión.
Decisiones duras que llevan a los jóvenes a tomar decisiones fundamentales para llegar siempre adonde ellos sueñan con llegar. Ser matadores de toros. Estas historias de sacrificio y de lucha también son un ejemplo para el resto de la sociedad.