César Rincón llegó a la México a confirmar la maestría, el gusto y el profesionalismo de un hombre que es, para cualquiera, un ejemplo de vida.
Vino para que quienes no tuvieron la oportunidad de verle triunfar en las principales plazas de España, Francia y Colombia, disfrutaran de un toreo suave, parsimonioso, con profundidad y sobre todo una técnica fuera de serie..
La faena que le hizo a su primero, un toro noble aunque al que había que entender a la perfección porque tenía sus actitudes bruscas, de toros de lidia, fue una cátedra de bien torear, de lo que es entender un toro aprovechando sus bondades y defectos, para lograr una bella obra de arte que otra vez, así como sucedió en el 2004, se quedará grabada en la historia del toreo como una de las mejores demostraciones de cualidades y perfección en el toreo.
Le dio al toro, a la faena y al público que fue mucho, tiempo y distancia, hasta conseguir en un palmo de terreno seis muletazos limpios, concatenados, que tuvieron un cúmulo emocionante que hizo vibrar la México.
Rincón se perfiló a matar y cobró una estocada perfecta. El juez le dio solamente una oreja, aunque pedían las dos, pero qué más da, la faena había valido dejar a los aficionados, a los verdaderos aficionados boquiabiertos con esa faena.
Al toro de San Martín le concedieron un poco merecido arrastre lento que fue protestado, mientras el maestro recorrió una vez más triunfal el redondel.
En su segundo, desde salida, el toro se rajó y aunque el colombiano anduvo torerísimo la faena no terminó por cuajar, pese a dos momentos cumbres con el capote como fueron dos largas de cartel.
El público esperando otra belleza como la de su primero, no valoró en todo esa labor. Un aviso cuando estaba a punto de entrar a matar enfrió más las cosas, sin embargo cuando regrese el 4 de febrero a la México el público se volcará para verlo.
Pese a que los dos toros que le correspondieron a ‘ Zotoluco‘ fueron devueltos ante la petición del público por su escaso trapío, el mexicano quien también anduvo en maestro realizó dos faenas distintas que, el público captó en casi todos su intensidad, pues el arrimón que se pegó en su primero con el que nada más se podía hacer, no fue del todo valorado. Tardó Lalo en matar y oyó un aviso.
Pero lo que hizo al quinto sustituto fue una faena en la que volvió a surgir el ‘Zo toluco’ artista, de figura erguida y mano baja, que acaricia a los toros y los entiende a la perfección. Tuvo clase el astado, pero había que torearle perfecto y así lo hizo Eulalio quien volvió a poner al público de pie.
‘ Zotoluco‘ pudo, como figura remontar las adversidades y con la oreja que le concedieron y que tuvo que regalar ante algunas protestas por un metisaca antes de una gran estocada, se coloca junto con Angelino a la cabeza de los triunfadores mexicanos de la campaña.
Precisamente José Luis Angelino no pudo aumentar esa cifra de tres orejas cortadas, pues su primero fue un inválido y su segundo al que bregó muy bien y banderilleó de excepcional faena se acabó muy pronto y de no haber fallado con la espada hubiese conseguido una oreja que bien valía su actitud y entrega al lado de esos dos monstruos del toreo con los que alternó.
Mucho qué desear en cuanto a juego y presencia, dejó el encierro de San Martín, una ganadería que, al ser de las consentidas en México se le exige al máximo, pero ayer no cumplió con las mínimas expectativas. Sólo dos toros buenos de los seis que se lidiaron y de los ocho que aparecieron por la puerta de toriles.