El juez de plaza Jorge Ramos no tuvo razón en ordenar un arrastre lento al tercer toro de lidia ordinaria de la ganadería de Marco Garfias, que tuvo nobleza y fue obediente, pero al que le faltó calidad por lo que al final echaba la cabeza arriba.
Y tampoco la tuvo David Fandila «El Fandi» al no darle la importancia ni al toro, que la tenía, ni a la faena que había iniciado muy bien, toreando despacio y que de un momento a otro dejó caer de una manera premeditada.
Los lentos muletazos ligados y buenos que ejecutó al principio se convirtieron en molinetes y vitolinas que en lugar de adornar su faena al público poco agradaron. Fue una pena que este excepcional banderillero no pudiera reafirmar un triunfo que consiguió en su tarde anterior. Terminó por escuchar un aviso y una marcada división de opiniones.
Con su segundo, al que volvió a banderillear muy bien, lo picaron en exceso y se quedó parado, evitando así que el granadino pudiera hacer algo siquiera medianamente importante. Hoy se va de regreso a España y después de haber cumplido su segunda corrida vaya usted a saber si volverá.
Una lástima fue lo que sucedió con » Finito de Córdoba» quien por vez primera llegó con antelación para un compromiso en La México. Venía contento y así se pudo ir porque él sabe que disposición la tuvo.
Más con su segundo al que comenzó a torear como él sabe con esos tersos muletazos que arrancaron sentidos olés y justo cuando todo estaba listo para una gran faena, el toro se volteó y huyó sin tener un tope, por todo el ruedo. «Finito» se quedó incrédulo y con ganas de torear.
Con su primero, al que lanceó bien, se le acostó dos veces por el lado derecho y comenzó a sosear y aunque se desplazaba, Juan Serrano, fiel a su costumbre, no le agradaron esas cosas y tuvo que abreviar. El público que estuvo áspero más que de costumbre le dividió las opiniones. Se va hoy también de regreso a España, pero con la ilusión de poder volver en esta misma campaña.
Humberto Flores, presionado, por todo lo acontecido en la semana con el tema del Convenio Taurino y acusado por unos como «el judas» por haber aceptado torear en este cartel con dos españoles, se mostró nervioso en su primer toro que tuvo raza y al que no le pudo.
Cuando más tranquilo salió al quinto de lidia ordinaria, nada pudo hacer más que mostrar valor en unas gaoneras pues el astado se fue a tablas y se paró.
Abrió la tarde con un emotivo astado de José María Arturo Huerta, el rejoneador Rodrigo Santos quien realizó una espectacular monta, aunque con marcados altibajos. Lució al clavar banderillas, pero deslució cuando en un par de ocasiones le pegaron a sus cabalgaduras.