ALBERTO
LOPERA
CALI
(Colombia)Con
el festival realizado la noche anterior, se ha cerrado con broche de oro la 48ª
versión de la Feria de Cali. Otro
espectacular lleno a reventar en los tendidos de Cañaveralejo que se iluminaron con los farolillos de cada aficionado
mientras en el ruedo era paseada por los toreros la
imagen de la Virgen de La
Macarena.
De gloria se ha cubierto la ganadería de Las Ventas, encaste procedente del Marqués de Domecq y propiedad de César Rincón. De los seis ejemplares,
dos fueron indultados, otro premiado con la vuelta al ruedo y otro aplaudido en
el arrastre gracias a las cualidades de nobleza, bravura y sobretodo mucha
calidad.
César Rincónestuvo en maestro con un ejemplar de mucho son
y recorrido al que mató de estocada siendo premiado con las dos orejas. Lamentablemente correspondió a Diego González el único manso de la
noche, y además con peligro. Lo mató pronto silenciándose su
labor.
Por fin Cali pudo ver a “El Cid” en toda la dimensión de su
toreo de mano muy baja acompasando perfectamente la magnífica embestida por
ambos pitones. Toro sensacional y más aún la faena perfecta del torero de
Salteras que afortunadamente terminó tranquilo la feria, pues logró el primer indulto de la noche y paseó las dos orejas
simbólicas.
Otro diestro que se le iba la feria y que se
desquitó anoche fue César Jiménez.
El toro con mucho recorrido fue bien aprovechado en series en redondo citando
desde lejos lo que provocó sonoras ovaciones que se prolongaron toda la faena
hasta el final en que el toro se rajó un poco. La estocada caída no fue
impedimento para recibir una oreja
que paseó en triunfo.
Iván
Garcíaha caído de pies en
Cali y se ha convertido en el nuevo ídolo de la afición. Anoche volvió a relucir
en otro faenón ante un toro sencillamente sensacional,
una auténtica “máquina de embestir”
logrando poner la plaza boca abajo. Los gritos de torero…torero !! fueron el acompañamiento a su
variadísima faena, además bastante larga y emocionante. Toda la plaza pidió el
indulto ante la enorme calidad del toro, concedido en buena hora por el
Presidente. Otras dos orejas sumó el
madrileño, para ajustar un total de seis en sus tres
presentaciones.
Y cerró el festejo un toro castaño para Luis Bolívar que lo entendió desde el
comienzo en lances de capa que fueron jaleados. Pero la dicha no duró porque
desde el inicio de la faena comenzó a sacar defectos complicados que impidieron
al final el lucimiento del diestro que se vió
resignado a escuchar solo plausos
al final.