Cálida despedida de El Cid y una estocada de Emilio de Justo

 

Tarde soleada en Cañaveralejo con medio aforo en los tendidos para despedir a un torero muy querido en Colombia: Manuel Jesús El Cid a quien recibieron con cariñosa ovación y aplaudieron con fuerza en su postrera vuelta al ruedo. La única oreja la cortó Emilio de Justo de una complejo encierro de Achury Viejo. El primer toro, con calidad pero escaso de fuerza. Ejecutó El Cid una faena medida y muy técnica hasta lograr el acompañamiento de música. Una estocada completa bastó para despacharlo al destazadero, siendo obligado a saludar en el tercio.

Cátedra de bien torear de El Cid en su segundo. Series ligadas en redondo rematando siempre con los forzados de pecho. Una gran estocada después de dos pinchazos y un descabello fueron necesarios para luego escuchar palmas de todo el tendido hasta obligarlo a dar la vuelta al ruedo recibiendo cariñosa despedida al eco de Viva España cantado por la afición.

Emilio de Justo recibió en primer turno otro toro con el hierro de Achury Viejo de similares condiciones, llegando a la muleta con algunas complicaciones. La entrega del torero fue lo mejor ante las dificultades del toro. Volapie perfecto con la espada hizo rodar al toro sin puntilla, y la oreja muy justa a sus manos.

Una pena el poco juego del corrido en quinto lugar para Emilio de Justo, toro con muchas complicaciones al que a base de entrega logró robarle muletazos de mucho mérito.

Los deseos triunfales del colombiano Luis Miguel Castrillon se estrellaron con otro toro de Achury imposible, al que intentó sacarle pases a base de entrega poniendose muy cerca de los pitones. Una estocada efectiva le alivió el mal rato.

Cerró la corrida otro toro de gran trapio con 535 kilos y muy pronto en la embestida. El joven matador colombiano aprovechó esa cualidad para instrumentar varias series en redondo. No hubo suerte en el manejo de la espada por lo que un aviso le envió la presidencia.