PONCE ES HISTORIA
Para llegar, hay que ser un buen torero. Para permanecer, hay que ser un torero grande, pero para lograr la unanimidad, hay que ser una gran figura del toreo. Lo que ha conseguido Enrique Ponce en su carrera es algo que muy pocos toreros harán. Por eso, ahora, cuando ya nadie es tan cretino como para discutir su paso por la historia, Ponce alcanza el «quorum». La unánime opinión de su grandeza.
La entrega del público de Sevilla esta tarde ha sido sin fisuras. Mucho más que cuando salió por la Puerta del Príncipe. Es un torero de públicos, torero de todas las plazas, de todos los ganaderos, de todas las empresas y ahora, reposado y sin urgencias, torero para todos los sentimientos. Esa es la identidad de una figura histórica que ha logrado un matrimonio casi impensable entre técnica y estética. Ponce ya es historia.