Fue una tarde esperanzadora, como los deseos de todo el toreo para este 2021. Con varias semanas de retraso sobre el calendario habitual y un año después de que la pandemia partiera nuestra vida en dos, Ubrique dio el pistoletazo de salida a la temporada, con uno de los festejos pendientes de la Reconstrucción del pasado ejercicio. Triunfó Aguado, que dejó una obra excelsa en el primer capítulo del año y no se quedó atrás Serna, autor de otra faena excelente aunque fuera malograda con el acero. Los de Jandilla también dieron juego, especialmente los dos últimos. El curso arranca. La cosa promete.
Corniapretado el tercero, que hizo una discreta pelea en el caballo, al que acercó garboso Aguado, galleando por chicuelinas. Brilló con los palos Iván García como preámbulo de una faena de Aguado iniciada con dos trincheras de lujo. Tuvo prontitud y franqueza el de Borja Domecq y el torero se gustó en una faena exquisita, sobre todo por el pitón izquierdo. Hubo naturales de categoría por el modo de reducir la embestida, de hundir el mentón, de componer la figura y de salir con gracia y naturalidad de la cara del toro, la misma con la que se desenvolvió por la plaza. Media tendida en buen sitio que tras el refrendo de un descabello le valió las dos orejas mientras el toro fue premiado con la vuelta al ruedo.
Largo, cornidelantero y reunido el primero, bajo y con cuello. Lo lanceó con suavidad, serenidad y compás Aguado en verónicas de mucho gusto y armonía. El toro, que embistió con clase de salida, se movió en el último tercio aunque con tendencia a vencerse por el pitón derecho esencialmente, hasta acabar rajadito. Hubo muletazos de excelente dibujo y composición por ambos pitones, pero algo sueltos. No terminó de romper la obra. Se pidió la oreja tras una buena estocada.
Más alto de cruz el segundo, que repitió de salida en el capote de Rafa Serna. No terminó el toro de entregarse en los primeros tercios, donde destacó Antonio Chacón, que saludó en banderillas. En la muleta del sevillano el animal acometió derrotando al final de cada pase, defecto que deslució el empeño de su matador, que tuvo una actuación de gran disposición, coronada además de una contundente estocada que le valió la primera oreja de 2021.
Salió renqueante de los cuartos traseros el último, cinqueño, que fue protestado en los primeros tercios. Lo afianzó Serna en el piso en una obra de mucho pulso, llevándolo en línea, para delante, sin tirones, sobre todo con la mano zurda, por donde ligó muletazos de excelente trazo y largura. Respondió el animal con clase. El final de faena, al natural, con la derecha, una delicia. Pena de espada.