Se han lidiado toros portugueses de Palha Y, desde Brigadeiro hasta hoy con Barberito, toro candidato al trofeo de la feria, han pasado 16 años y la verdad que por lo visto hoy, los aficionados nos lo hemos perdido.
La corrida ha estado muy bien presentada, la mejor de todas, los cuatro primeros han sido procedencia Baltasar Ibán y los dos últimos Oliveira Irmaos. La verdad es que han dado emoción y satisfacción en los tendidos. Corrida que ha empujado en el caballo desde cualquier distancia de la plaza y para la muleta han tenido movilidad y tranmisión, destacando el ya citado por sus incansable y buenas embestidas.
Difícil papeleta tenía Ricardo Aguín, El Molinero, con poco bagaje de corridas toreadas esta temporada. Después del susto que dio su primer toro al saltar al callejón en el burladero de matadores y coger de lleno al bandrillero Cristóbal Arnaud, lo paró con cuatro lances, un recorte y una revolera, para después brindar al público. Empezó por doblones para recetarle series por los dos pitones con mucho sentido de la distancias. Faena maciza la del maño ante un toro nada fácil. Lo mató de estocada y cortó la primera oreja de la tarde.
En el de la jota, el de Casetas, ante un toro con 16 kilos más que lo establece en reglamento en plazas de primera, lo cual quiere decir que lo de los kilos es un cuento, y al que le faltó un puyazo, inició la faena con doblones para poderle al toro y de entrada se echo la muleta a la mano izquierda en el centro del anillo, donde le recetó dos tandas que hicieron que sonara la música. Con la derecha aguantó los hachazos que el toro le dio ya que tenía el defecto de llevar la cara por las nubes. Pasó a la mano izquierda y al rematar esa serie ser lo echó a los lomos sin consecuencias. Cerró la faena con unos doblones y de estocada mató al toro paseando otro apéndice.
Después de once años de alternativa, ha debutado en este coso Fernández Meca y brindó su primera faena de muleta a Raúl Gracia, El Tato. Le instrumentó series por la derecha aceptables que levantaron aplausos hasta que el toro se paró, matándolo de pinchazo y estocada. En sus segundo, un toro muy entero que le faltó un puyazo, se salió a los medios tirando de él y ha demostrado que tiene oficio ante un animal que no humilló sacándole muletazos por los dos pitones, muy cruzado y dejando en cada serie alguno de bella factura. Ha estado en su sitio de director de lidia en todo momento. De estocada acabó con él y dio vuelta al ruedo.
Óscar Higares ha dado una de cal y otra de arena. En su primero, el mejor de la corrida, una vez que se desplazaba con mucho temple ha estado por debajo de las condiciones del animal. Le ha dado muchos muletazos sin ton ni son y sin gustarse.
En su segundo, ante un astado que se paró y frenó en la muleta, le recetó pases conseguidos por el mérito de que el animal no se fuera a su querencia.