Algo menos de un cuarto de plaza se cubrió hoy para presenciar la novillada con caballos que se ha celebrado en la madrileña plaza de Las Ventas. Se lidiaron tres novillos (los tres primeros) de El Serrano –encaste Domecq– y tres de Félix Hernández –encaste Guadiola– todos ellos propiedad de Pablo Hernández, que resultaron sosos y deslucidos en general. Primero, pitado en el arrastre, y sexto, fueron mansos de solemnidad.
Si algo destacó en el festejo, además de las bajas temperaturas, fue el valor de un novillero cordobés, Reyes Mendoza (en la imagen). El joven espada insinuó sus intenciones en el segundo novillos de la tarde, que correspondió a Ángel Romero, al que realizó un ceñidísimo quite por gaoneras y las confirmó en el que hizo tercero. Comenzó la faena con una serie de estatuarios sin enmendarse, con la vista fija en la arena, y continuó el trasteo con la misma quietud, siempre cruzado, y pasándose muy cerca al novillo. Logró algunos muletazos de buen trazo con la mano izquierda y en el tramo final, además de algunos imponentes pases cambiados por la espalda, ejecutó un buen número de ceñidas manoletinas.
Lástima que en diversos pasajes de la lidia el novillo le enganchase en demasiadas ocasiones la muleta porque, de no haber sido así, la eficaz estocada que colocó al primer viaje podría haberle servido para algo más que dar la vuelta al ruedo.
El que cerró plaza demostró su condición de manso desde que salió por chiqueros, pero Reyes Mendoza lo lidió muy bien con el capote. El inicio de faena, con doblados por bajo, hacía presagiar un triunfo grande pero la poca entrega del novillo, que terminó parándose, y el mal manejo de los aceros hizo que todo quedara en leves palmas.
José Luis Triviño apechó en primer lugar con el ‘regalito’ que abrió plaza. Triviño se fue a recibirlo a la puerta de chiqueros, donde aguantó sereno dos parones del ejemplar para luego darle una larga cambiada. El novillo sembró el desorden en el tercio de banderillas y en la muleta embistió a arreones, de forma incierta y descompuesta y buscó las tablas en cuanto tuvo una oportunidad. El diestro se mantuvo firme y demostró que tiene muy bien aprendido el oficio, dejándole siempre la muleta en la cara e intentando fijarlo en la franela, pero no consiguió lucimiento. En el cuarto, un novillo deslucido que se quedó muy corto en el capote, consiguió algunos pasajes destacables con la mano izquierda pero el astado se fue parando y él alargó en exceso la faena. Manejó muy mal la espada en los dos, y su balance fue de silencio en ambos.
Ángel Romero debutaba hoy en Las Ventas y ha demostrado que tiene un buen concepto del toreo a la verónica, jugando muy bien los brazos en el recibo a sus dos novillos. El que hizo segundo embistió sin clase, saliendo del muletazo con la cara alta, y el gaditano consiguió los mejores momentos toreando al natural. Lo mató al primer viaje y obtuvo silencio. En el quinto, otro ejemplar soso y sin codicia, volvió a destacar con la mano zurda, pero la tardanza en embestir del astado impidió la continuidad. A este lo finiquitó de una estocada que hizo guardia y otra colocada en buen sitio, seguidas de tres descabellos, y de nuevo se guardó silencio para su labor.
FOTOGRAFÍA: RAQUEL SOPEÑA