Una corrida importante con cuatro toros que se prestaron a todo y que lucían el hierro de El Ventorrillo se ha lidiado hoy en Zaragoza.
Antonio Ferrera, que resultó lesionado en el codo izquierdo al banderillear al quinto de la tarde y está pendiente de estudio radiológico, y Rafael de Julia han tenido dos toros, cada uno, para consagrarse, pero ni la oreja ni las ovaciones han sido suficientes para lo que tuvieron delante.
El Molinero se ha encontrado con los dos toros complicados de todo el festejo. Su primero se rompió en un primer puyazo y quedó mermado a la hora de embestir para la muleta.
El cuarto ha resultado una res, el único garbanzo negro del hierro de El Ventorrillo, que siempre buscó, tras el primer muletazo, el cuerpo del torero. El maño se mostró firme y con sitio, pero delante no tuvo material para triunfar.
A Antonio Ferrera se le notó como pensando más en Nimes (Francia), que en el festejo en el que actuaba, y que en función del estudio radiológico que tenga de su codo izquierdo puede jugarse sus seis toros en Francia. Con las banderillas anduvo espectacular y aplaudido, y con la muleta no estuvo todo lo firme que sus dos buenos toros le pedían por lo que el público le silencio, especialmente, la labor del quinto.
Rafael de Julia también ha tenido un gran lote, destacando el tercero, que ha sido con creces el mejor toro de la tarde, ese animal con el que sueñan los toreros. Ha cortado una oreja, pero ha estado muy por debajo de las calidades del toro. Con el que cerró plaza dio algún buen natural, aunque su balance resultó escaso para las buenas condiciones de otro gran astado.