Feria con dos cornadas: las de De Mora y Ponce (con gesto añadido del de Chiva) y el percance de Ortega. Feria con actuaciones sobresalientes de Hermoso de Mendoza, Cartagena, Moura, …y gran corrida de Benítez Cubero. O sea, que algo si ha pasado en Sevilla, pero quizá lo que ha pasado es que no les ha pasado a ese oscuro objeto del deseo, léase Tomás y/o Juli.
Por eso el pesimismo es mayor. Por eso, porque hubo abuso, incoherencia, mala planificación a veces, mala suerte otras y porque, se mata mal a los toros, se lidia a veces mal, falta muchas veces la casta, la bravura…no ha sido la feria esperada. Pero este resultado objetivo no puede ser, de nuevo, la ventana a la que se asomen aquellos aficionados de edad, los que crean opinión, para volver a sacar el pasado en procesión. Esos aficionados, como dice alguien sensato, son como las viudas, siguen enamorados de sus muertos.