La manada se disgregó y se vieron preciosas carreras de los mozos
La rapidez, de nuevo nota predominante en el cuarto encierro
MUNDOTORO > Pamplona
A un ritmo frenético, los toros de Fuente Ymbro han protagonizado un encierro muy vistoso, con carreras muy bonitas, y limpio. La manada se ha abierto muy pronto, a la altura de la Plaza Consistorial y posteriormente ha terminado de disgregarse en la calle Estafeta, y eso ha sido lo que ha propiciado que se hayan visto preciosas carreras de los mozos luciéndose por delante de los pitones de los serios ejemplares en un encierro que ha tenido una duración de 2.24 segundos.
Tan solo se ha producido dos traslados al hospital por luxaciones leves, una en el codo, y parece ser que no se ha producido ningún herido por asta de toro en lo que ha sido una carrera limpia que comenzó en la cuesta de Santo Domingo con apretadas y bonitas carreras. Los cabestros abrieron camino a los toros durante los primeros metros y después un astado se adelantó respecto a sus hermanos junto a uno de los mansos abriendo manada ya en la Plaza Consistorial.
A la velocidad del rayo los toros fueron disgregándose hasta llegar a la curva de Estafeta. Justo allí, el momento de más peligro. El capote del Santo salvó a un mozo de atuendo verde que había quedado esperando en el más crítico y peor sitio en que podía hacerlo: la propia curva. Le rozó el pitón por el cuerpo salvándose de verdadero milagro.
Unos metros más adelante en la misma Estafeta, un toro resbala y cae al suelo empujando a otro joven, que perdió el equilibrio cayendo al adoquín siendo arrollado y pisoteado seguidamente por tres toros más. Una verdadera paliza. Ese astado caído quedó ya un tanto rezagado en el suelo y fue sobrepasado por los toros restantes.
Fragmentado el conjunto de toros continuó el recorrido, con vistosas carreras de los mozos luciéndose también en el tramo de Telefónica. Allí instantes de tensión cuando tres toros coloraos han arrollado a varios mozos y una chica rubia, que han quedado atrapados entre los pitones y el vallado. Entre la espada y la pared. Se han librado por la nobleza de los toros, que ni les han mirado.
Un castaño y un colorao han sido los primeros en llegar a la plaza de toros y también a los corrales, siendo conducidos con la ayuda de los dobladores. Los cuatro astados restantes entraron ya siguiendo a éstos en otro encierro rápido, una constante que se repite por ahora cada uno de los encierros de este año.
