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Espartaco, en Cartagena de Indias | John Zamora-Revista Zetta
MÓNICA ALAEJOS
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A quienes creen que la reaparición de Espartacoes producto del oportunismo, de la falta de talento y del inmovilismo de la parte alta del escalafón desde hace más de diez años, les diré que ayer, teniéndole delante y con la camisa rota por la sinceridad que da el paso del tiempo estuve frente a un torero agredido por la incertidumbre de la decisión más difícil de su vida, a estas alturas del partido.
A quienes creen que somos lo que somos porque sólo somos unos nostálgicos en el más negativo sentido de la palabra nostalgia, les diré que ayer, teniéndole delante y con la mirada brillante de miedo y de orgullo, me contaba cómo sus piezas habían encajado en el deber de devolverle al toreo todo lo que el toreo le dio algún día. Sin duda, al público más joven le gustaría ver a Di Stefano jugando al balón y a los nuevos públicos de toros emocionarse con Espartacoy eso no tiene nada que ver con la nostalgia sino con la continua curiosidad del ser humano por tener lo que no tiene y por demostrarse que cualquier tiempo pasado no fue mejor, sino diferente.
A quienes creen que la reaparición es contraria al futuro y que los jóvenes toreros serán despreciados por uno de mucha más edad que es capaz de hacer lo mismo que ellos, les diré que ayer, teniéndole delante, le temblaba la voz al explicarme que su madre había sido quien mejor había acatado la decisión, que Liriano daba crédito y que su padre y su hija pensaban que se había vuelto loco pero aún en las dudas, él sabía que nada ni nadie podría pararle.
Siempre hemos vivido con la mentira de la nostalgia, el falso respeto y la castración del futuro. En realidad lo hacemos porque nosotros mismos estamos deseando no que nos recuerden sino que no nos olviden pero les aseguro que el hombre y el torero esta vez son sólo uno y que más allá de opiniones ajenas a su verdad y de temas coyunturales que puedan causar disparidad de criterios, lo más fácil habría sido decir que no.
Espartacoha pasado los dos días más difíciles de su vida, ha tomado la decisión más valiente de su vida y se ha hecho responsable del futuro volviendo del pasado no para que recordemos al torero, sino para no olvidarse de sí mismo.
Espartaco reaparecerá en Sevilla el Domingo de Resurrección – mundotoro.com
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