Festival benéfico en Chamusca I PEDRO BATALHA
FRANCISCO MORGADO > Chamusca (Portugal)
La castiza plaza de esta bonita localidad de la provincia de Ribatejo, cumple este año cien temporadas. Todos se volcarán en torno de esta efeméride, preparando un programa que se va a desarrollar durante toda la temporada, y que empezó el sábado con un festival benéfico.Un desfile de figuras, con Francisco Rivera Ordóñez (Paquirri), Morante de La Puebla, El Cid y también dos familias de lo toreo a caballo como son los Telles y los Salgueiros. Seis novillos de otras tantas ganaderías y dos grupos de Forcados de Chamusca: los Amadores y los de lo Aposento.
La climatología lo permitió y los tendidos se llenaron, porque eran alicientes los nombres anunciados Todos se esforzaron para dar lo mejor de sí,pero, como casi siempre, la suerte no fue repartida. Lo mejor lo llevó Manuel Jesús ‘El Cid’, que le tocó un ejemplar de Calejo Pires. Poco se dejó ver en los tercios de capote y banderillas, pero llegó a la muleta y rompió a embestir con la cara por el suelo hasta el final, mucho también porque las muñecas del sevillano le enseñaron y el respondió agradecido.Disfrutó mucho el torero y los aficionados que muchas veces lo aplaudieron de pie. Una actuación que caló fuerte.
Rivera Ordoñez, hasta ahora apartado de los ruedos, lanceó limpio con el percal al novillo de AssunçãoCoímbra, que llegó a la muleta corto y con medias investidas. Utilizó sobre todo la mano derecha, porque con la zurda su enemigo se metía y protestaba. No llegó nunca a meterse en la faena porque el novillo andaba por fuera,en la punta de la muleta.
A Morante de La Puebla le esperaban los aficionados y con los primeros lances de capote sonaron los oles y las ovaciones. Era bonito el ejemplar de Manuel Veiga, pero duró muy poco para las intenciones del torero que estaba a gusto y con muchas ganas. Lo intentó por ambos lados y en todos los terrenos, pero su antagonista se agarró al piso y nada más pudo para hacer.
La lidia a pie se completó con la presentación del joven Vasco Veiga, hijo del ganadero de lo mismo apellido y que está empezando. Lidió otro novillo de la casa y se fue a él con ganas, como además le compete. Bien con el capote y solvente en dos pares de banderillas, fue naturalmente con la muleta que mostró lo largo camino que hay que hacer para tentar llegar al que pretende. Claras quedaron sus intenciones y sus maneras, en una tarde que no olvidará, arropado por los grandes de esta arte.
En el festival tuvo también toreo a caballo. De ello se encargaron dos familias toreras de Portugal. Antonio Telles y su hijo que tiene también su nombre, lidiaron por colleras un ejemplar con hierro y divisa de su padre y abuelo David Ribeiro Telles. Lo hicieron con alegría y ligazón, bien en los hierros de castigo y con las banderillas. Fue bonito de ver Antonio arropar a su hijo, dándole oportunidad para entrar a clavar en su turno, limitándose a bregar y a colocar para él.
João Salgueiro y Salgueiro da Costa, su hijo, se ocuparon de la segunda lidia, a un novillo de Rosa Rodrigues. En banderillas hubo competición entre los dos, con momentos vibrantes y mucha emoción. Dejaron en el ruedo sobre una ovación de lujo y de pie de los tendidos.
|