En una entrevista realizada a José Carlos Caballero (uno de los ingenieros agrónomos más reconocidos en este país) queda suficientemente claro que las ideas animalistas son tan artificiosas como peligrosas para una sociedad que trata de trabajar en la sostenibilidad de sus recursos naturales, entre los que se encuentra la ganadería de lidia. Lo tiene claro cualquier persona, entidad, institución o colectivo desposeído de toda ideología política y que se ampara sólo en conocimientos científicos y naturales.
Resulta casi patético que sólo a causa de una dejación colectiva frente a las campañas insistentes de una minoría de ideología marxista (recordemos a Stalin y sus leyes sobre el “animalismo”) haya calado tan hondo en la sociedad urbana un mensaje tan aberrante para el conservacionismo y medio ambiente. Mas patético aún cuando estas fuerzas de “eco izquierda marxista” han llegado al gobierno y legislan tales aberraciones medioambientales. Tardaremos tiempo y mucho esfuerzo en revertir esta situación. Una cuestión de dudoso éxito mientras el mundo del toro y el mundo rural no se muestre unido en el mensaje.
Filomena y su color blanco de nieve, es un ejemplo de toda esta situación, un paradigma, un certificado de nuestra sociedad bruta, inculta, hartiblemente inculta e irresponsable. Manipulada hacia la nadería y el humo de la imagen estéril. El urbanita salió con los primeros copos a brincar sobre la nieve en lugar de estructurarse para lo que la nieve trae, el hielo, la inmovilidad, el no trabajo, el aislamiento. Ya vendrán quien quite la nieve y el hielo, que para eso pagamos. Mientras tanto, los referentes del famoseo mostrando palmito en la nieve en un jajajajaja de simios bellos.
Y aquí estamos. Sin brincar ahora entre los copos sobre el asfalto, el césped de alquitrán en el que pasta el eco izquierdismo de gentes tan absolutamente irresponsables y perniciosas como Sergio García, cota ejemplarizante de cómo llegar a tener poder porque quien es podido se encogió de hombros. Repele sin haber repelente alguno contra ello sus ocurrencias, entre de párvulo y satánicas, sobre la caza, la leche de una vaca o el toreo. Las actividades que él sataniza y que, sin embargo, son las que están sufriendo y plantando cara a la viene roja de Filomena.
Cazadores pico y pala sacando animales de la nieve. Ganaderos y ganaderas de lidia luchando contra el hielo y la nieve para alimentar y salvar becerros, machos, hembras, plantando cara a una naturaleza en rebeldía. Una lucha del ser humano contra la muerte del hielo, contra los árboles rotos, los suelos helados, contra el demonio del temporal, mientras en la ciudad la nieve resulta que ya no es tan blanca.
Esta sociedad a la espera que el del ayuntamiento, el de tal administración, el ejército, la policía, ésta sociedad que espera que papá estado nos saque del hielo y hasta entonces se queda en casa con el precio de la luz que contamina por las nubes sin armar un dos de mayo, es la sociedad que desea la idea política común de un pueblo domesticado, un pueblo mascota. Mascotas con sus amos en casa mientras el humano de campo se congela sacando del hielo congelador y mortal a los animales.