Las ganaderías de Garcigrande y Domingo Hernández seguirán su trayectoria como hierros independientes. Los dos hierros, que estaban en manos de Justo Hernández y su hermana Conchi tras el fallecimiento del ilustre ganadero Domingo Hernández, se manejarán de forma separada según ha podido saber Mundotoro. De esta manera, el hierro de Garcigrande pasará a manos de Justo Hernández, mientras que el de Domingo Hernández caerá en manos de Conchi Hernández.
Justo Hernández ha explicado las bases de esta decisión: ‘Mi padre falleció en febrero de 2018 y siempre en su mente estaba el dejar todo bien hecho y repartido entre sus hijos. Por desgracia, murió muy pronto para nosotros y no le dio tiempo a hacerlo. Desde ese momento hasta la actualidad, mi hermana y yo hemos estado siempre juntos, atando poco a poco las cosas hasta que finalmente hemos dado el paso de dividir la ganadería cuando hemos visto o pensado que era el mejor momento’, asegura.
‘Lo más importante para nosotros es que se impusiera la unión familiar tal y como ha pasado. Hemos estado estudiando mucho la decisión y cómo llevarla a cabo para que ninguno saliera perjudicado, siempre, como he dicho, contando con el consenso de la familia. Eso es lo más importante y se ha cumplidos. Nos seguiremos ayudando, porque todos somos una familia. Ella es mi hermana y yo su hermano, al igual que ellos son mis sobrinos y para ella mis hijos son sus sobrinos’.
En dicho reparto, la finca de «Garcigrande’, finca principal actualmente de la ganadería, pasa a manos de Justo Hernández, que llevará el hierro de Garcigrande. ‘Había fincas muy buenas y me ha tocado «Garcigrande» como me podía haber tocado otra’, sostiene.
Por el momento esta medida que se ha tomado todavía no se ha llevado a cabo y será poco a poco cuando los animales de ambos hierros terminen por separarse. ‘Ahora mismo, no podemos cambiar el ganado a nuestro antojo. Es una tarea que nos llevará su tiempo y no sabemos si nos dará tiempo tenerlo todo al año que viene. No tenemos tampoco prisa y no pasa nada porque haya toros de los dos hierros en una finca‘, concluye.