Guitarrero, un toro herrado con el número 47, cárdeno bragado meano, de 521 kilos de peso, de la ganadería de Hernández Pla, ha sido el protagonista de la tarde de hoy en Madrid.Lidiado en tercer lugar, ha sido un animal bravo y codicioso, que derribó en varas y embistió a la muleta de El Cidhumillado, repitiendo, con fuerza y poder. Un toro que, por otro lado, salvó el honor de una corrida bien presentada, la mayoría cornalones, pero que dieron escasas posibilidades en general. Frenándose de salida ante los capotes de los toreros, sin emplearse los dos primeros en los engaños, complicado el cuarto, incierto el quinto y noble aunque soso el sexto.
Delante de Guitarreroestuvo Manuel Jesús El Cid,que ha cuajado los únicos momentos lucidos con el capote de toda la tarde, ya que la mayoría de los toros no lo permitieron. El sevillano lo vio claro desde el principio y comenzó su faena en los medios, después de brindar al público. El toro tuvo mucha transmisión y desde la primera tanda El Cidlogró conectar con los tendidos. Firme y poderoso con la muleta en la mano derecha, bajó la mano y obligó a un animal que respondía embistiendo humillado y entregado. El de Salteraslogró tirar del toro en muletazos largos, sobre todo con la mano derecha, y, aunque las tandas no fueron redondas, sí estuvieron provistas de pases con calidad y relajo. Pero en el momento decisivo, El Cidvolvió a fallar con la espada. No es la primera vez que le pasa a este torero en Madrid, que, una vez más, ha demostrado que no hace honor a su apodo manejando los aceros.
Al sexto, el sevillano lo puso muy largo en el caballo, tal y como cierto sector del público demandó a lo largo del festejo. El inicio de faena fue prometedor, con el toro acudiendo con buen tranco a la muleta de El Cid, pero enseguida empezó a acortar sus embestidas a partir del tercer muletazo. El torero intentó solventar el problema reduciendo la extensión de las tandas pero el de Hernández Pla salía con la cara alta y distraído de los pases. De esta forma, la faena fue a menos y acabó con un nuevo sainete del sevillano con la espada, hasta el punto de escuchar dos avisos.
Mucho midió la afición madrileña a Dávila Miura, reciente triunfador de las ferias de Sevillay Jerez.Poco pudo hacer con su primero, que salió frenándose ante el capote y cerniéndose peligrosamente por el pitón izquierdo, poniendo en apuros al matador. El animal no se empleó en ningún momento, se defendió y tuvo cierto peligro por el pitón izquierdo, por donde se cernía y cortaba el viaje, aunque sin maldad. Dávila Miuraabrevió con la muleta pero se prolongó en demasía con los aceros, escuchando un aviso. El cuarto se llevó la puya enhebrada al salir de un encuentro con el caballo y hubo que emplearse a fondo para quitarla. Parte del público consideró que el torero debió estar mejor con un animal que fue complicado y estuvo a punto de voltearlo a mitad de faena. Tras este achuchón, Dávilaoptó por machetear e irse a por la espada, que manejó con desacierto.
El primero de El Rencose paraba en seco ante su capote cuando pretendió lancearlo. Manseó descaradamente en varas y llegó al último tercio con la cara por las nubes. Ante este panorama, el alicantino tuvo que preocuparse más de defenderse que de intentar torear. El toro tampoco humilló a la hora de entrar a matar, por lo que El Rencopasó muchas dificultades con el estoque y estuvo muy desafortunado con el descabello, llegando a escuchar dos avisos. El quinto salió suelto del caballo – tomó cuatro puyazos- y tampoco humilló. En la muleta fue incierto ya que venía cruzado y nunca embistió con claridad y entrega. Sin embargo, parte del público exigió más al torero, que no lo vio claro y, tras varios pinchazos más, su labor fue protestada.