ÓSCAR ARANDA
MADRID (España).» Matar al toro hubiera sido un asesinato a la nobleza del que no he querido ser cómplice. Habría provocado un auténtico altercado del público, que solicitó insistentemente el indulto«. Así de rotundo se ha mostrado el matador de toros malagueño Javier Conde (en imagen de archivo a la derecha) a mundotoro, después de dejar que le sonaran los tres avisos en el segundo astado de su lote, en la corrida celebrada en San Cristóbal ( Venezuela), tras una faena a un toro, para el que el público solicitó que se le perdonara la vida. Conde ha expresado que » ha sido algo extraño y lleno de magia. Desde que me abrí de capote la gente estuvo muy entregada, unida a una verdad irrepetible«. El malagueño asegura que » el público ha pedido el indulto con insistencia. Cada vez que me cuadraba para matar al toro la gente pedía con mayo fuerza el indulto y arrojaba botellas al presidente. Así llegó el primer aviso sin que me percatase. A partir de ahí, lo que hice fue seguir toreando y seguir disfrutando, que era lo que el público, que es soberano, esperaba de mí. Tanto es así, que tampoco me enteré del tercer recado, tras el cual también seguí pegando pases«. En cuanto al propio acontecimiento, Condeañade que » la gente y todos los taurinos comentaban al salir de la plaza que ha sido un hecho histórico. La verdad es que me he sentido muy feliz. Ha sido algo maravilloso. Me han llegado a sacar en hombros y después no encontraba mi coche de cuadrillas, por lo que he tenido que subirme en un coche ajeno para que me trajera al hotel. Es algo que nunca podré olvidar. Un acontecimiento espectacular«.