Joselito Adame se llevó la tarde y el mano a mano en Mérida. El diestro hidrocálido, que alcanzó las 500 corridas de toros, desplegó su Tauromaquia y capacidades hasta conseguir una actuación más allá de los trofeos cortados. Las sensaciones que Adame dejó en Mérida confirman el momento de madurez y plenitud del azteca. Sólo el Juez de Plaza y el acero, en el sexto, le impidió salir por la Puerta Grande. Completaba el cartel José Mauricio que dejó los detalles de su toreo en el primero, a la postre, el mejor astado de una deslucida corrida de Marrón.
Las faenas de Joselito Adame tuvieron mucho más contenido de lo apreciado en la ficha. El diestro mexicano estuvo con oficio y técnica delante de la cara de sus astados para dejar faenas con sentido. Su primero no terminó de romper, pero Adame estructuró una faena en la que sacó el partido a las embestidas del astado.
Al segundo de su lote, cuajó una gran faena. Lo enjaretó, sobre todo, por el pitón izquierdo pese al fuerte viento. Tras varias tandas al natural, consiguió algunos muletazos sobre la diestra con mucho mando y profundidad. El público pidió con clamor las dos orejas, pero el Juez de Plaza sólo vio oportuno otorgar un trofeo.
Con el sexto, Joselito Adame volvió a desplegar su capacidad técnica y lidiadores para llevar siempre la cara, muy tapada a un animal con muchas teclas. Sólo la espada le imposibilitó salir en hombros.
Los mejores momentos de José Mauricio llegaron con el primero de la tarde, que fue el mejor del encierro. El espada dejó detalles de su personal y sobrio concepto. antes de tirarse recto a matar y dejar una certera estocada. Se le pidió el trofeo, que no fue concedido.
Con sus otros dos astados, José Mauricio solo pudo dejar sus ganas y entrega, pero sin poder redondear faena.
Ficha del Festejo: