LAURA GARCÍA OLMEDO
MEDRID (España). Juan Diego consiguió triunfar ayer en Las Ventas. Dos orejas cortó el salmantino en una tarde en la que demostró que es capaz de estar a la altura de una plaza de primera, y que aunque le ha costado estar en boca de los aficionados, el charro ya se ha abierto camino.
Ha matado 44 corridas de toros desde que tomó la alternativa en 1999. Sólo este año ha hecho el paseíllo en Las Ventas tres veces en cinco semanas y en todas ellas ha tenido buenas actuaciones. No era la primera vez que Juan Diego abría la Puerta Grande de esta plaza, pero esta segunda ha sido especial, la primera fue como novillero: «Ayer sentí una alegría muy grande, piensas en lo duro y lo complicado que es a veces todo esto, y ves un poco recompensado tu trabajo y esfuerzo. Mientras traspasaba el umbral de la Puerta me acordé de muchas personas y de muchas cosas, pero sobre todo, quise vivir el momento».
No le ha dado tiempo a Juan Diego de celebrar su triunfo: «sólo fui con la cuadrilla y con los amigos a cenar, y poco más».Ya tendrá tiempo de celebrarlo, porque lo que quiere el salmantino es que esto se vea recompensado de alguna forma. «Los Lozano ya me dijeron en una ocasión que si hacía algo importante me pondrían para Otoño. Creo que mi apoderado Rui Bento iba a hablar ayer con José Luis Lozano, pero no sé nada seguro. Yo me imagino que hay bastantes posibilidades de que vuelva a Las Ventas».
Además de lo importante que es torear en una plaza como la de Madrid, lo que quiere el torero es abrirse camino. «Crear ambiente, estar en boca de la gente y que los aficionados te quieran ver, pero sobre todo, Dios quiera que esto sirva y que podamos hacernos un huequecito».
FOTO: DAVID COLADO