MÓNICA ALAEJOS/
Salamanca (España). «La importancia de la dehesa en el hábitat radica, desde el punto de vista medioambiental, en que es la posibilidad de mantener la explotación de un ecosistema de gran importancia tanto para la flora como para la fauna» y «La dehesa dedicada exclusivamente al toro de lidia ocupa actualmente más de 500000 hectáreas, el 17% de la superficie española y representa, desde el punto de vista de la economía supone un 1,7 por ciento del P.I.B.».
Estas han sido dos de las conclusiones de la mañana en el apartado dedicado a «Tauromaquia, economía y medio-ambiente» del congreso La otra cara de la Tauromaquia que celebra la Universidad de Salamanca. La mañana ha terminado con una descripción de las rutas del toro bravo en la provincia de Salamanca por parte de los responsables del Centro de Investigación del Toro de Lidia.
La tarde comenzó con un minuto de silencio en memoria del exconcejal socialista Isaías Carrasco, asesinado hoy en Mondragón por la banda terrorista ETA. A continuación, Mariate Cobaleda, senadora del PP, habló sobre la estética del toreo y el simbolismo de España: «El tiempo, el ritmo, el movimiento de todo arte, debe tender a la quietud, al sosiego de las formas y al silencio. El temple en el toreo es inspiración del alma que procura detener el tiempo y el movimiento eternizándolo».
Acto seguido, Juan Diego, Eduardo Gallo, Josechu Lalanda y José Ramón Lozano han analizado el arte de torear. Juan Diego afirmó que » el arte de los toros es un arte vital, en cuanto a que todo lo que pasa en el ruedo es real, pero también estamos ante un arte intelectual. La reflexión sobre la obra y el momento de su creación es la intelectualidad del toreo. Ningún artista es intelectual con posterioridad a su obra. Moldear tu cuerpo para que se exprese con naturalidad en una situación extrema es intelectualidad». José Ramón Lozano,por su parte, expresó que «el torero es un artista que hace su obra en quince minutos y quien no la ve en ese momento, se la ha perdido para siempre».
Eduardo Gallo también expuso su opinión, «el público del toro es único. Y tiene la capacidad de cambiar en dos minutos una bronca por una ovación. Eso es algo diferencial. También nosotros somos capaces de potenciar ese cambio con un solo muletazo. Eso en otras formas de artes es inconcebible»,mientras que Josechu Lalanda sostuvo: «No entiendo la diferencia entre toreros artistas y de los otros. Todos los toreros son artistas en sí mismos; la diferencia está en la forma de interpretar el arte».