C.R.V.
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Madrid (España). El señor Julio Martínez, en su faceta de presidentede la plaza de toros de Las Ventas, ha remitido a este medio una carta de ‘rèplica’ respecto al artículo publicado en este medio el pasado domingo, con el ruego de su publicación. Atendemos con grado sumo y cortesía máxima, puntualizando cuestiones objetivas que no se ajustan a la verdad o a los hechos. La primera, que esto no es un blog. En un blog quizá no pudiera escribir sobre lo escrito sobre usted. No nos molesta su lapsus, que entendemos, es fruto del desconocimiento lógico y no cuestión de intención peyorativa. Le instamos a instruirse entre la diferencia de un portal web y un blog, con todo nuestro cariño a los miles de blogs libres de la red.
Por otra parte aceptamos de forma leal su petición de “ruego”, cortesía usada caballerosamente, haciéndole memoria de una cuestión que obvia. Usted no mendiga nada. Usted llamó por teléfono al director de este portal que, en 30 segundos le dijo tres veces SI a publicar lo que usted quisiera, el espacio que quisiera y en cuanto fuera recibido. SI. Jamás tuvo que mendigar. Si lo hubiera hecho, no se lo hubiéramos publicado. Los mendigos, ahora tantos, los atiende la Beneficencia . Sin duda usted tiene memoria y será capaz de reconocer caballerosamente todos los SIES de esa conversación. Es más, en todas las ocasiones, ya excesivas, en las que ha sido noticia, se le ha llamado. El domingo también como probará el listado de llamadas. Como otras veces, su móvil estaba apagado o fuera de cobertura en estos momentos .
No vamos a entrar en el contenido, y, a nuestro juicio, en los prejuicios que vierte sobre el público de autobús y el otro, en el “vociferio” con el que describe ciertas manifestaciones del los públicos. Precisamos que si, nos preocupa la mayoría. Si. Por encima de todo lo demás y de la consideración de elite, conocimiento, categoría o esquema jerárquico. Si, un hombre, una mujer, una voz. La misma en valor, en peso, en decisión. En la calle, en las urnas y en la plaza de toros. Vengas con el título más excelso bajo el brazo, a pie o en autobús desde un pueblo de España.
Terminamos mencionando su calificativo de libelo, término que, cortésmente, le animamos a mantenerlo y acudir a los tribunales de justicia para mantener allí, en el mejor lugar posible, el duelo que desea en su escrito, pues como español, demócrata y policía, usted más que nadie sabe que un tribunal es el lugar exclusivo para el duelo al que tienen derecho los hombres de honor evolucionados, cuando su honor se ha mancillado.
Respeto al honor, usted apela a Blasco Ibáñez, nosotros le dejamos esta cita
Cuanto más alto hablaba de su honor,
más rápidamente contábamos los cubiertos.
Ralph W. Emerson (escritor, filósofo y poeta estadounidense)
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