Por Alberto de Jesús/Javi Viza. Fotografías: Posando: Albert Renau; Recortando: A. de Jesús. Toreando: Jordi Juárez.
La mujer está integrada en el mundo del toro, como profesional o ganadera, desde hace cientos de años en que Goya comenzó a pintarlas. Posteriormente han surgido continuamente matadoras que han logrado escribir páginas doradas en las hemerotecas, tanto en el rejoneo como en el toreo. En el mundo del festejo popular también irrumpieron las mujeres desde incluso mucho antes, desde tiempos inmemoriales, prueba de ello son los frescos del palacio de Knosos en Creta (Grecia) de hace 5.000 años, donde se ven a las sacerdotisas saltadoras de toros. Posteriormente han venido participando en distintas modalidades, como desde la de correr encierros en Estella, las cuadrillas de forcadas, las saltadoras y quebradoras de la corrida landesa, o actualmente las cuadrillas de emboladoras de toros de fuego o, las más recientes, las recortadoras.
Hoy, traemos a Mundotoro a Sara Ávila, de Castellón, y que en la actualidad cuenta con 25 años y es una de las recortadoras más prometedoras del panorama actual, además de ser reconocida por los entendidos como la de mayor pureza en las suertes que realiza. En este reportaje nos ha mostrado su cara más personal, femenina, íntima y sensual de su relación con el toro, y el respeto eterno que le merece. Junto a ella aparece un toro bravo que en la ganadería donde se encuentra se deja acercar, acariciar y hasta montar.
Sarita, como a ella le gusta que la llamen, nos ha contado para Mundotoro su historia y pasión por el mundo del toro, sobre todo hacia el festejo popular por la cercanía que ha tenido ocasión de vivir y participar en los distintos pueblos de Castellón durante su niñez, y posteriormente en un gran número de plazas españolas. Durante la entrevista, su joven, pero dilatada carrera taurina, varía entre lo personal y lo taurino, en unos cambios de tercio cual caballo de rejoneo al quiebro, pasando del pasado al presente en dos frases y dando un paseo por el futuro para volver a los inicios. Sus primeros recuerdos taurinos llegan a su memoria desde su más tierna infancia cuando sus padres la llevaban a los festejos populares de los pueblos, a ganaderías, y por supuesto a las de su ciudad, Castellón.
Sara tiene piercing y tatuajes para tapar su timidez de adolescente atrevida y valiente, y nos cuenta cuando se puso delante de una res la primera vez a los diecisiete años, ‘desde ese momento empecé a ponerme en contacto con los animales y a disfrutar y aprender de este mundo tan bonito’. Hoy, tan solo ocho años después, es toda una mujer de 25 años, con las cosas claras la mente muy bien amueblada, ambiciosa y con ganas de comerse al mundo y a su futuro. Sabe bien que esta etapa es pasajera, pero quiere exprimirla y vivirla al máximo antes de formar una familia, y si puede abrirles el camino a otras chicas jóvenes, se sentirá satisfecha con su paso por el mundo del toro.
‘Con la pandemia se están aprovechando de cierta circunstancia para ponernos las cosas muy difíciles y es una grandísima pena por la ignorancia que hay hacia la Tauromaquia y todo lo que engloba’
Es una joven inquieta como las demás, con una mirada penetrante que muestra la seguridad de una mujer formada a fuego, la encontramos con unas uñas arregladas que caracteriza su femenina rebeldía, y nos habla que la música que más le apasiona es el flamenco y admira profundamente a la Niña Pastori, al Capullo de Jerez o José Mercé, entre otros.
Como profesión, se está preparando para ser, entre otras cosas, tatuadora, ya que le fascina crear arte en el cuerpo de otra persona. También nos confiesa que es experta en artes marciales, las cuales practica y entrena de forma disciplinada, revelándonos que esa arte oriental es la que le permite concentrarse frente al toro, así como que también practica el yoga. Además de eso, le encanta reír, divertirse, leer, estudiar, aprender, ver internet, estar informada de la actualidad, y echa de menos el salir con los amigos por culpa de la pandemia.
Respecto a la repercusión negativa que la COVID está causando en la fiesta taurina y la ganadería nos responde con la madurez que la caracteriza: ‘Considero que se están aprovechando de cierta circunstancia para ponernos las cosas muy difíciles y es una grandísima pena por la ignorancia que hay hacia la Tauromaquia y todo lo que engloba. Espero que pronto podamos disfrutar de lo que tanto nos gusta y que puedan recuperarse todas esas familias y todas las personas que han salido perjudicas por el abandono total hacia este sector’.
No obstante, ha seguido entrenando todo el año y sigue haciéndolo, tanto de salón, como con el carretón, así como en capeas y tentaderos con animales con una disciplina torera: ‘Sigo yendo a entrenar de una forma constante porque creo que es necesario, hay que seguir ejercitando los reflejos, el cuerpo y la mente a pesar de la situación por la que ahora el mundo del toro está pasando, y con más razón hay que aprovechar esta etapa para sacar la mejor versión de uno mismo y prepararse tanto psicológicamente como físicamente para lo que pueda venir., porque el toro no perdona y el no estar mentalizado y bien entrenada está la diferencia entre el triunfo y el costarte hasta la vida. Y prefiero lo segundo’.
Respecto a las suerte que realiza nos cuenta: ‘Me gusta recortar, sentir como el toro te mira y te arranca desafiante con sus dos pitones apuntándome al cuerpo, también el quiebro, verlo arrancarse hacia ti y en el último momento burlarlo, bufff… es apasionante y solo de pensarlo se pe ponen los pelos de punta. Del mismo modo me encanta saltar los toros con la garrocha y sobre todo cuando hago el salto del ángel. Cuando le realizo el embroque y pasa rozándome la espalda, el costado en el quiebro o por debajo de mí, siento como si hubiese una explosión de júbilo. Tanto poder, furia y fuerza burlada por una persona que se juega la vida solo por placer. Es indescriptible lo que sientes, y se convierte en adictivo’.
‘Cuando le realizo el embroque y pasa rozándome la espalda, el costado en el quiebro o por debajo de mí, siento como si hubiese una explosión de júbilo. Tanto poder, furia y fuerza burlada por una persona que se juega la vida solo por placer. Es indescriptible’
El toro para ella significa actualmente su razón de ser, y aunque tiene otras ambiciones muy claras en la vida, quiere seguir disfrutando del toro y el calor del público. ‘Para mí el toro bravo significa vida, y me considero, y me siento, una grandísima afortunada por amar tanto a un animal tan fuerte, noble y peligroso como este. Creo firmemente que he tenido la suerte de encajar en un mundo especial que sólo el que ama al toro y lo conoce desde dentro sabe lo que te da, lo que te puede quitar, y lo que te puede hacer llegar a sentir. No creo que haya en el mundo ninguna otra actividad o pasión como esta donde la vida y la muerte están en cada recorte o en cada salto. Es como una moneda al aire, donde la suerte está echada y todo depende de tu entrenamiento y valor’.
Este reportaje ha estado especialmente preparado para este mes de marzo, el mes de la mujer, a la que Sarita accedió encantada a aportar su imagen y experiencia para decir al mundo que las chicas son guerreras, y toreras: “Considero que el lugar de la mujer en el toreo, ya sea el popular o profesional, es el mismo que el del hombre, ya que a mí los valores que más me ha inculcado mi padre, al que admiro, y los que he ido aprendiendo en este mundillo taurino es que nadie es más que nadie y el único que te da o te quita del sitio es el toro».
‘No quiero, ni permitiría, que nadie me tratara diferente por ser mujer, el toro no lo hace. Paso de feminismos artificiales y que se aprovechan de su posición de ser mujer para conseguir objetivos. El toro no diferencia nada de esta moda interesada’
‘Creo que somos capaces y podemos ofrecer lo mismo que cualquier hombre y, cada año que pasa se sigue demostrando que el mundo de la Tauromaquia también está hecho para mujeres ya que ya somos muchas las que salimos a las plazas ya sea con zapatillas de deporte o vestidas de toreras a dejarse la piel y lo que haga falta por cumplir sus sueños. Y, además, no quiero, ni permitiría, que nadie me tratara diferente por ser mujer, el toro no lo hace. Paso de feminismos artificiales y que se aprovechan de su posición de ser mujer para conseguir objetivos. El toro no diferencia nada de esta moda interesada y embiste con las mismas ganas de matar a quien se atreva a citarle.”
Nos cuenta también que jamás se ha sentido discriminada ni menospreciada por ser mujer, ni tampoco lo ha visto en ninguna de sus compañeras. “Todas nosotras nos hemos visto arropadas desde el principio por nuestros compañeros recortadores, por nuestros maestros, por el público y por los profesionales de luces, y todo ellos saben que el toro no distingue de razas ni de sexos, si el toro te embiste, demuestra lo que sabes hacer y hazlo bien, porque si fallas, el toro no mirará si eres hombre o mujer, y si puede te corneará con las consecuencias que pueda acarrear’.
En la entrevista le preguntamos por las fotos con el toro y el impacto que nos causó: ‘Fue idea de Albert Renau, un día me habló de la idea y la verdad es que cuando me lo propuso aluciné, porque nunca había visto algo parecido ni muchísimo menos y jamás había hecho algo así, pero mereció la pena formar parte de este trabajo tan bonito y estoy preparada para la repercusión que pudiera tener este reportaje’.
El toro que sale junto a la modelo está marcado con el hierro de Sánchez Ybargüen y responde al nombre de Buena Sombra, y es propiedad del recortador Cristian Blanco en una finca de Castellón. Es un toro bravo que, debido a su nobleza, su propietario anterior le acariciaba desde fuera del cerrado y le daba comida con la mano, poco a poco el animal le fue dando confianza y tras el tiempo la confianza mutua consiguió el milagro de dejar que las personas se le acerquen, le acaricien y hasta le monten encima. Un milagro de la naturaleza que llega a permitir este tipo de relaciones siempre que las condiciones lo permiten.