Ginés Marín desorejó al cuarto de Parladé, premiado con la vuelta al ruedo
Andy Younes cortó dos orejas en su debut con picadores
Varea no tuvo opciones con el peor lote
MICA CRESSENTY > Nimes
Ginés Marín volvió a mostrar una gran dimensión, esta vez en el Coliseo de Nimes. Desorejó un buen novillo de Parladé que fue premiado con la vuelta al ruedo. Su variedad, valor y torería quedaron demostradas también cuando sacó una silla en el primer toro de la tarde y fue volteado. Andy Younes tuvo un exitoso debut con picadores y fue recibido con cariño por la afición nimeña, logrando pasear una oreja en cada toro de su lote y obteniendo el trofeo de la Cape d’Or. A Varea le tocaron los peores novillos y fue silenciado, en una tarde en la que el público ocupó media plaza.
El Parladé castaño que hizo cuarto apuntó sus buenas maneras desde su salida al ruedo nimeño. Gines Marín supo aprovecharlo y no dejó escapar el triunfo que le regalo el de Parladé. Firmó una faena destacable Marín, con muletazos largos y de manos bajas, en los que el astado repitió con codicia. Lo pasaportó de una estocada. Dos orejas y vuelta al ruedo al novillo. Recibió al primero, herrado con el hierro de Juan Pedro Domecq, con dos largas de rodillas. El extremeño, que vino con mucha disposición, arrancó su faena sentado en una silla. Ginés estuvo por encima de las posibilidades del animal, que se entregó poco, en un trasteo molestado por el aire. Fue volteado cuando remató su faena por bernardinas. Falló con los aceros pero fue ovacionado tras un aviso.
El público nimeño recibió cariñosamente al debutante Andy Younes, al que le tocó en suerte un ejemplar de Parladé muy noble. Pudo hacerle Younes una faena por ambos pitones, las mejores tandas siendo sobre la diestra. El doble uso del descabello no le impidió pasear una oreja. Cortó otra oreja al Parladé que cerró plaza, un ejemplar que tuvo poco recorrido. Fueron las ganas las que sobresalieron en su labor y la estocada final que puso en sus manos el premio.
Varea encontró en segundo lugar a un utrero de Parladé sin fondo. Intentó sacarle lo poquito que llevaba dentro pero en vano, no pudo conectar con los tendidos. Deslucido fue el quinto novillo de Juan Pedro Domecq, pudo solamente demostrar buenas maneras frente a él.
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