Una vez más, el animalismo peor entendido vuelve a dar lecciones desde su desconocimiento absoluto del mundo rural. Nuevamente, las administraciones vuelven a tomar una decisión sin considerar a las partes afectadas y, en este caso, a las comunidades autonómicas que sufren más las consecuencias del lobo ibérico.
En un discurso poco realista y que demuestra la incultura de sus defensores, el lobo ha encontrado un papel de ‘víctima’ hasta tal punto que se ha tomado la decisión de prohibir su caza y que éste entre a formar parte del en el listado de especies protegidas adoptada por la Comisión Estatal para Patrimonio Natural y la Biodiversidad dependiente del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.
Alianza Rural ya aseguraba que este hecho ‘un ataque frontal al mundo rural y un ataque a la biodiversidad’. La imagen que protagoniza esta noticia pertenece a una víctima del lomo ibérico. En este caso, en la ganadería de Pedro Gutiérrez Moya «El Niño de la Capea». Este es el verdadero discurso del lobo.
Un peligro para el mundo rural, para los ganaderos. ¿Qué hacemos con esos ganaderos que desde el mundo rural, desde el verdadero animalismo, sufren cada día los ataques del lobo dañando sus explotaciones y sus economías? ¿Qué soluciones les van a dar a los ganaderos aquellos que desde un despacho o una comunidad autónoma que no conocen, ni van a conocer nunca a un lobo ibérico por su territorio? El desconocimiento y el populismo son los grandes peligros que tiene nuestra sociedad.