La novillada previa a la Feria de Otoño dejó muchas cosas. Por un lado, la solidez de Martín Antequera; por otro, la entrega y contundencia con la espada de José Luis Osuna; y sobre todas las cosas la realidad de un novillero, Gregorio Alcañiz, que sale con la vitola de torero hondo y entregado. Del conjunto de la novillada de Nazario Ibáñez, encaste Núñez, hay que destacar la nobleza como nota común, pero también la falta de raza.
Martín Antequera sorteó el peor lote en conjunto del festejo. El primero de la tarde, un novillo que tenía genio y poco celo en las embestidas, desarrolló peor estilo por el lado izquierdo. Y Antequera construyó una faena sobre la mano derecha, donde el oficio y la técnica se impusieron. Con el cuarto, hubo menos limpieza en la faena de muleta, pero la misma solidez técnica que con el primero.
Gregorio Alcañiz, hermano del matador de toros Miguel Rodríguez, a punto estuvo de abrir la puerta grande si hubiera acertado antes con los aceros en el segundo de la tarde. Un novillo de Félix Hernández, que hizo sobrero tras ser devuelto el titular; que manseó de salida, que protestó en el caballo, pero que contó con la claridad y disposición de Alcañiz para romper en la muleta del madrileño. Los naturales ligados se sucedieron entre ‘olés’ rotundos del público y la faena fue creciendo en intensidad. Los ayudados por bajo finales, dieron remate a un buen conjunto. Pero un pinchazo más una entera, que produjo derrame, le privaron del trofeo merecido.
Con el quinto, un novillo que se paró tras el tercio de varas, Alcáñiz porfió metido en los pitones con tenacidad hasta exprimir el escaso jugo del novillo. Mató de forma entregada y cortó una justa y merecida oreja.
El tercero de la tarde salvó el honor del encierro. Pues fue éste un novillo que se empleó con calidad desde que salió a la plaza. José Luis Osunaderrochó voluntad y resolvió sin más ante el mejor novillo. El sexto quedó crudo en varas, pero descolgó y se entregó en el último tercio. Osunasiguió mostrando ganas y oficio ante un novillo que duró muy poco. En ambos, mostró ser con la espada un novillero contundente.