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JOSÉ MIGUEL ARRUEGO
Guadalajara (España).El Cid ha cortado dos orejas y ha salido en hombros del festejo celebrado esta tarde en Guadalajara, un espectáculo en el que el diestro de Salteras se vio empujado al triunfo por la inercia positiva que ha ido acumulando desde la mitad de la temporada. El Juli firmó la faena de más relieve de la tarde, un trasteo muy técnico para paladares más selectos que el alcarreño. Alejandro Talavante, que sustituía a Miguel Ángel Perera, no tuvo una tarde brillante. Se lidió una corrida baja de raza y fuerzas de Santiago Domecq.
El Cid cortó una oreja del segundo, un toro terciado y bien construido que duró más de lo que apuntó inicialmente. El Cid lo administró con mimo y llevó a cabo una labor caracterizada por la ligazón y la continuidad, construida sobre el pitón derecho, por el que el toro iba más largo. Su trasteo, que remató con circulares, fue bien acogido por el público, que le pidió la oreja a pesar del pinchazo previo a la estocada. Paseó otra del quinto por una faena de menor entidad. El toro tenía poco empuje, y el de Salteras le imprimió pausas a una faena que no caló en el tendido hasta el momento de la estocada, que fue el detonante de la petición.
El Juli había sorteado en primer lugar un toro falto de raza que se defendió siempre y con el que el madrileño no tuvo opción alguna de lucimiento. El cuarto fue un toro con clase pero también falto de raza y fuerza. El torero de Velilla, que lo administró muy bien a lo largo de una lidia impecable, le cogió pronto la distancia y logró darle consistencia a su labor, la de más argumento del festejo, sobre el pitón derecho. El carácter notablemente técnico de la faena y sus compases finales, con un pinchazo y el toro escondido en tablas, contribuyeron a que los tendidos no la ponderasen en su justa medida.
Alejandro Talavante fue silenciado por su labor ante el tercero, un toro noble pero falto de fuerza y razas con el que se hizo aplaudir en un quite por lopecinas, que parece estar incorporando a su repertorio. A su labor de muleta le faltó continuidad debido a las condiciones del astado y la faena no llegó al tendido. El sexto fue un toro con poca clase pero manejable, uno de los más aprovechables de la corrida, pero Talavante llevó a cabo una labor de escasa conjunción y no sacó nada en claro del vis a vis con el animal.
Plaza de toros de Guadalajara. Segunda de la Feria de la Antigua. Casi lleno. Cinco toros de Santiago Domecq y uno, el tercero, de Ana María Bohórquez, bajos de raza y fuerzas. El Juli, silencio y aplausos; El Cid, oreja y oreja y Alejandro Talavante, que sustituía a Miguel Ángel Perera, silencio y silencio.