REDACCIÓN
MADRID (España). A las doce de hoy el chupinazo. A las ocho del día siguiente el primer encierro. Comienzan los populares ´Sanfermines´ en Pamplona, una ciudad tranquila que vivirá hasta el próximo día 15 en torno a la figura del toro bravo. Son las fiestas taurinas más internacionales, las más conocidas, y un canto a la permisividad y al exceso. Durante estos días hay licencia para casi todo en una ciudad donde encierros y festejos son mimados por la MECA, la institución benéfica de la Santa Casa de Misericordia que, en contra de lo que pueda parecer, corre con todos los gastos que genera el toro. El Ayuntamiento sólo pone el rostro y los paseos tradicionales, ni un duro ni una ayuda. Una vez más, el político se sirve sin rubor de la Fiesta.
Son unos 825 metros. Apenas un par de minutos de veloz carrera de mansos y bravos, de trapío sobrado, hacia la plaza de toros, donde serán lidiados por la tarde. Centenas de miles de personas viven con el toro como eje, locales (los mocicos) y foráneos y miles y miles de extranjeros llegados de todos los puntos cardinales. Pamplona ingresa divisas y moneda nacional (euros el año que viene) a espuertas. Y quien hace que ésto sea posible es el toreo -los ganaderos y los matadores- y, por supuesto, la Casa de Misericordia, que paga de su bolsillo todo el dinero necesario para que ésto sea una realidad: toros y toreros, seguros, vallado del encierro, sanidad, vigilancia, limpieza, reparación diaria…cientos de millones. Si el Ayuntamiento tuviera que hacerlo, no habría ´Sanfermines´.
La ciudad debe al toro, a sus ocho encierros, un renombre sin par en una fiesta que, como cantan las peñas de sol, » no hay igual en el mundo entero«. Este año la empresa trae toros de Torrestrella, Millares (que debuta en Pamplona), Cebada Gago, Jandilla, Santiago Domecq, Marqués de Domecq, Capea y los tradicionales de Miura para cerrar el abono. Toros amplios y serios que dan doble espectáculo, en el encierro y en la plaza.
Veinticuatro matadores lidiarán estas corridas, a las que se le suma una novillada picada desde hace tres años y desde hace cuatro una corrida de rejones que se ha institucionalizado a causa del ´boom´ del estellés Hermoso de Mendoza. Hay toreros que no vienen por que no quieren: como José Tomás o Joselito. Y no sólo por el asunto de la «tele» (transmisión por el Canal Gran Vía de todo el ciclo menos los días 9 y 12 comprometidos con TVE), sino porque no les gusta el ambiente. El contexto.
Un contexto desmadrado pero capaz prestar atención cuando ésta se demanda. Además, esa especie de cruel actitud (mozos a lo suyo mientras un torero se juega la vida) es el impuesto que va en una de las mejores ´soldadas´ del año. La MECA paga bien, muy bien, incluso a los más modestos, porque sabe el esfuerzo que supone torear en esta plaza. Nadie protesta, todos los profesionales son felices en Pamplona porque saben a lo que vienen. Todos felices y algunos de procesión en procesión, de palco en palco, de roneo en roneo sin poner un solo duro: los políticos del Ayuntamiento. Con la benéfica MECA trabajando y pagando viven, nunca mejor dicho, a la sopa boba. Como diría un francés, «comme d’habitude».
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… recorrido del encierro y recomendaciones