El Juli, en hombros con tres orejas
Morante, sin trofeos, gran toreo de capa
No terminó de ayudar la corrida de Garcigrande
El Juli y Morante, mano a mano I MUNDOTORO
MICA CRESSENTY > Istres (Francia)
El Juli no perdona. Salió en hombros de la plaza de toros de Istres tras cortar tres orejas de una corrida de Domingo Hernández–Garcigrande que no terminó de ayudar al triunfo. Paseó las dos orejas del sexto, el mejor de todo el envío, pero mostró su hambre de triunfo con los tres que le correspondieron en suerte. Morante de la Puebla, por su parte, no tuvo suerte con su lote, pero dejó para el recuerdo varios pasajes de excelso toreo de capa, tanto con el primero de la tarde, que le volteó, como con el quinto. La plaza registró un lleno.
Cerró plaza un manejable astado de Domingo Hernández y El Juli no dejó escapar el triunfo. Largos y de mano baja los muletazos aprovechando la inercia del astado. Cerró su faena con pases circulares pasándolo por delante y por detrás. Mató de estocada después de un pinchazo que no le impidió cortar las dos orejas.
El cuarto toro llevaba el hierro de Garcigrande y resultó un buen toro, se desplazó largo y con codicia. Pudo disfrutar con él El Juli, que en el primer tramo de la faena lo citó largo. Subió la intensidad de la faena en dos tandas circulares en la que Julián le dejo la muleta en la cara embebiéndolo. Lo mató de estocada tras pinchazo. Oreja. El segundo de la tarde, de Domingo Hernández, no fue sobrado de fuerza, lo que influyó en su comportamiento ya que le impidió entregarse y acabó defendiéndose. El Juli tiro de su técnica para intentar sacarle partido al astado, pero fue en vano: la faena no podía tomar vuelo.
Morante de la Puebla cuajó con el capote al de Domingo Hernández que abrió plaza, dibujando bellísimas verónicas. Manejable resultó el toro en la muleta del sevillano, que trazó con él preciosos muletazos. En un envite, el toro hizo por él y le volteó sin consecuencias. Tras pasaportarlo, fue silenciado.
El tercero de la tarde llevaba el hierro de Garcigrande y fue un toro que nunca se empleó. Le dio pocas opciones a Morante, que aún así logró dejar algunos detalles de su tauromaquia. Silencio. El sevillano recibió al quinto de Domingo Hernández formando un lío con el capote. Luego no lo vio claro el genio de la Puebla y se lo quitó del medio entre las protestas del público.
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