BAYONETO
Sólo en el toreo se actúa de forma cainita: matando a su propio hermano, que no es otra cosa que su imagen. Ningún otro espectáculo la maltrata tanto, la ningunea tanto y la llega a despreciar tanto. Y no son las empresas, sino la autoridad. No se entiende que gentes de buen talante y orden como los representantes de la autoridad de Salamanca, sean capaces de dejar en la calle a un fotógrafo de un medio especializado e histórico como Aplausos y permitan la entrada a gentes que no hacen otra cosa que figurar.
En cualquier otro espectáculo la prensa haría un plante, una sentada. Lamentablemente el dicho británico de «perro no come carne de perro», que habla de la solidaridad del gremio, no es aplicable a la prensa especializada en toros. No nos cansaremos de lanzar un basta ya, de hacer llamadas de atención contra la ilógica. La imagen de la fiesta, la fotografía, forma parte del derecho a la información de los públicos, algo tan sagrado como irrenunciable. Es tan sencillo como pensar que, si Cano no llega a estar en el callejón de Linares, no habría instantáneas de la muerte de Manolete, un documento gráfico histórico. O cualquiera de las grandes faenas desde que existe la fotografía.
Esperamos que las autoridades recapaciten, deseamos la solidaridad de la prensa de Salamanca y pedimos que la prensa gráfica tenga su sitio en el callejón de la plaza de toros de La Glorieta. Si sobra alguien, no es Agustín Arjona. Hay mucho desocupado de lujo en los callejones. Y en Salamanca, muchos. Esos, a la calle.