Última novillada del mes de junio en Las Ventas
Vídeo de la tarde de Alejandro Marcos en Las Ventas I TAURODELTA
MUNDOTORO > Madrid (España)
Frente a una novillada bien presentada, seria y sin raza, volvió a gustar en Las Ventas Alejandro Marcos. Como el pasado mes de mayo, su toreo no dejó indiferente a nadie y dio la impresión de que con un novillo más colaborador, lo hecho podría multiplicarse. Sus compañeros de terna, el también salmantino Alberto Escudero, debutante en Las Ventas, y el sevillano Mario Diéguez también dieron la cara. Éste último incluso a costa de un severo revolcón que le obligó a pasar por la enfermería.
Novillo colorado, bonito y bien hecho el tercero, mansurrón y con la cara arriba en el caballo, pero que no tuvo mala condición en la muleta, aunque una voltereta condicionara mucho su comportamiento. Asentado, queriendo torear despacio, enganchando las embestidas, todo lo que quiso hacer Alejandro Marcos tuvo criterio y sentido. Con la izquierda, de uno en uno, por la imposibilidad de apretar al animal, firmó muletazos de mucha expresión. Todo muy despacio además. Hizo muy bien la suerte de matar, se le pidió la oreja y tras denegarla dio una vuelta al ruedo.
Volvió a estar bien Alejandro Marcos en el sexto, novillo lavado de cara, largo y astifino, que fue muy complicado, porque por arriba no quiso nada y por abajo se quedó siempre corto, reponiendo mucho. Estuvo firme el torero, al que nunca se vio agobiado, y sí con la sana intención de resolver los problemas que planteó el animal, con la firme intención de torear, además.
Novillo con buen son y poca fuerza el que abrió la última novillada del mes de junio en Las Ventas. Saltó al callejon de salida y luego le faltó un poco más de humillación para tener calidad. Le costó coger el temple a Mario Dieguéz, que a mitad de faena en los medios, dando un tiempo entre pase y pase, logró la mejor serie del trasteo. Fue cogido sin consecuencias en el epílogo antes de atascarse con los aceros.
Le costó cogerle el ritmo al cuarto, pero en una tanda notable con la zurda de cinco mueltazos soltando los vuelos sin violencia la cosa se vino arriba. Pareció remontar la faena y buscando el éxito, se pasó de faena Diéguez, que fue cogido en las postrimerías. Estuvo mucho tiempo debajo del novillo, entre las patas, y además de la fuerte paliza salió el sevillano con una herida en la parte superior del muslo derecho. De nuevo mal con la espada, su esfuerzo fue reconocido con una cerrada ovación cuando se retiró a la enfermería.
Bien presentado el segundo, muy complicado por el izquierdo, por donde tendió a reponer, se dejó más por el derecho, pero sin despegarse nunca de los vuelos. Por eso cuando Alberto Escudero le perdió pasos y trató de no ligar los muletazos, la faena creció. Estuvo muy valiente el salmantino, que dio la cara aún a costa de una voltereta y un puntazo en el glúteo. Se pidió la oreja levemente y saludó una ovación. Alto y montado, con cuello, fino, tuvo buenas hechuras el quinto. Pedro Iturralde se lució con el palon, se empleó el novillo, que luego se vino abajo con estrépito. Empezó por alto Escudero, que hilvanó una tanda limpia con la derecha antes de que el novillo echara la persiana.
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