Manzanares cortó dos orejas del tercero y otra más del sexto
Ponce cortó una oreja del cuarto de la tarde
Gran esfuerzo y magníficos pasajes de Morante, sin suerte en el lote
Faena de Manzanares al tercero I IRENE MARTÍN MOYA
MUNDOTORO > Huelva
La tarde fue de Manzanares que conectó con el público de La Merced, especialmente en su faena al tercero al que desorejó. Con el alicantino se pusieron en pie pero fueron Enrique Ponce y Morante de la Puebla quienes escucharon palmas por bulerías. Al que abrió cartel se le rindió homenaje por su 25 aniversario de alternativa y se le vio con las ganas de quien todavía tiene cosas que demostrar y enseñar. Especialmente variado y entusiasmado se le vio en esta tarde, dejando un recibo de capote completo al cuarto con lances rodilla en tierra, delantales y chicuelinas. Morante arrancó los olés más hondos con su toreo de capote: por verónicas al segundo y un sorprendente y genuino saludo al quinto con un farol, una verónica y tafalleras. Gusto, creación y armonía en una tarde con toros notables de Juan Pedro Domecq, como fueron primero y tercero.
Manzanares llegó con fuerza a los tendidos y paseó dos orejas del tercero. La faena tuvo mucha ligazón con un toreo en redondo muy acentuado. El estoconazo fue la rúbrica decisiva para el doble premio. El sexto fue un toro que manseó desde el inicio. A destacar los dos primeros pares de banderillas de Curro Javier y Luis Blázquez que salieron andando de la cara del animal tras clavar y se desmonteraron. Manzanares quiso plantearle faena y trató de sostenerlo en los medios, aunque la mayor parte de las veces le tocó ir tras él. Lo fijó en dos tandas sobre la mano derecha y se afanó mucho en aprovecharlo al máximo. Tras una estocada entera, su esfuerzo fue premiado con una oreja. Así sumó tres, y con ellas se fue en hombros.
El primero fue un toro noble, con ritmo y clase al que Ponce toreó con mucha sutileza sobre ambos pitones. Notó el cariño del público que le ovacionó por su 25 aniversario de alternativa pero la estocada casi entera, desprendida, dejó el premio en una sincera ovación. Las ganas y la disposición en el cuarto fueron dignas de admirar en un Ponce variado. Saludó con verónicas rodilla en tierra, siguió por delantales y luego por chicuelinas y así durante toda la faena trató de sacar provecho a un toro sin fondo y poca clase. Con la muleta terminó con un arrimón en las tablas y cortó una oreja tras la estocada entera.
Morante saludó al segundo con verónicas encajadas y luego la faena de muleta fue de menos a más a medida que mimaba al animal, justo de fuerzas pero con calidad. Quedaron varias series de naturales en las que el temple y la suavidad fueron la base para concluir con derechazos únicos en él. Fue todo mérito del de La Puebla que mató de pinchazo y media efectiva y saludó una ovación. Al quinto lo saludó con un farol y tafalleras en lo que fue un gran comienzo y muy prometedor, pero el toro se lastimó contra las tablas y fue devuelto. Al sobrero lo recibió con una larga, flexionando la pierna pero el animal mostró pocas opciones de lucimiento. La faena fue consistente, precisa en los toques, hecha para el toro pero tras la estocada entera, aunque se le pidió la oreja no fue concedida.
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