Extraordinario encierro el que envió Ricardo Gallardo, propietario de la ganadería de Fuente Ymbro, aunque eso sí, con el hierro de Jandilla. Difícil es calibrar cual fue el mejor toro de la corrida, pues los hubo realmente excepcionales. Bueno fue el lote de Joselito, mejor el primero, con más raza y por tanto también más complicado para estar delante. A ese el madrileño no le encontró nunca el sitio ni la distancia adecuada. Con el cuarta, tampoco se acopló. Éste fue repetidor incansable y bravo, y Joselitohizo una faena larga, con muchos pases, de más cantidad que calidad.
Antonio Ferrerasustituía a José Tomásy reapareció de la cornada sufrida en Nimes. Toreó con los puntos de la herida, pero no se le notó merma física. El primero de su lote fue el menos claro de la corrida y con él estuvo siempre entregado y muy dispuesto. El quinto tuvo mejor son y fue también más encastado. Ferrera dio espectáculo con las banderillas y muleta en mano logró series estimables. Meritoria fue la actuación en conjunto del extremeño, teniendo en cuenta el poco tiempo que ha tenido de recuperación.
Y Morantevolvió a ser Morante. Se reencontró consigo mismo y con el buen toreo. Al tercero lo cuajó de forma magistral en una faena de inspiración, torería y gracia sevillana. El de La Puebla desarrolló toda su tauromaquia con ese empaque inimitable y su composición de la figura con gran belleza estética. El toro fue bueno, quizás el que le hacía falta a Morante para volver a recuperar la confianza perdida. Y con el sexto volvió a estar a un buen nivel. La faena no resultó tan brillante como la del tercero, pero también tuvo destellos y momentos de pellizco. A éste lo mató de una estocada recibiendo que resultó el broche a una gran tarde del diestro sevillano y de esta segunda de la Feria de Zafra.
(FOTOS: CARLOS NÚÑEZ)