Lamentablemente, la falla estructural en la Monumental Plaza Cartagena de Indias, ha impedido que se realice en ella la tradicional feria taurina. Sin embargo, la empresa alquiló una plaza portátil importada de España, con capacidad para 4500 espectadores, y la instaló en el barrio de Chambacú, situado dentro de la ciudad amurallada.
Acudieron a la plaza, en la corrida de esta tarde, 3.200 aficionados, en una tarde muy calurosa y con retraso de una hora en el inicio de la corrida, por lo que está terminó con la deficiente luz artificial del coso portátil.
Se lidió un encierro de la ganadería de El Socorro, con encaste Santa Coloma, que pasta en la ciudad de Cereté, a unos 220 kilómetros de Cartagena. El encierro llegó sobre la hora de la corrida y, como la plaza portátil no dispone de corrales, fueron desembarcados directamente de las cajas al ruedo.
En general, fueron faltos de casta, de raza y acusaron el pesado viaje con un calor insoportable. El primer espada de la corrida, César Camacho, en su primero estuvo muy voluntarioso, toreando en varias series en redondo.
Despachó al ejemplar de dos pinchazos, alcanzando a escuchar un aviso del presidente. Su labor fue seguida del silencio del público. En su segundo, un toro astifino y de alegre salida, toreó bien de capa. El toro desarrolló mucho sentido al final y lo despachó de estocada, escuchando palmas. El segundo matador, el colombiano El Gino, se mostró muy variado con el capote en su primer toro. Su faena de muleta fue del agrado de los aficionados, pero el toro también se quedó al final. Le despachó de gran estocada, siendo aplaudido.
En su segundo, un hermoso toro cárdeno, lo recibió con magníficos lances de capote. Se veía venir una buena faena del colombiano pero lamentablemente, el toro al final se refugió en las tablas y no permitió mayor lucimiento con la muleta. Le despachó de dos pinchazos y estocada, escuchando un aviso y leves palmas al final. Muy ilusionado vino a Colombiael joven matador francés Sebastián Castella.
En Cartagenase preveía un gran ambiente para este diestro, que es apoderado por el matador José Antonio Campuzano quien goza de grandes amistades y recuerdos en esta ciudad colombiana. Sin embargo, la falta de raza de su primer ejemplar le empañó las ilusiones de triunfo. Se mostró muy enterado, decidido y valiente. Despachó a su enemigo de una estocada entera y escuchó fuerte petición de oreja.
En su segundo, con la penumbra de la noche, el joven matador francés volvió a lucir con el capote, en lances que fueron muy ovacionados. Su faena fue de aliño y con pases preparativos, para despachar el toro ante la falta de raza y bravura del ejemplar.
Afortunadamente acertó con los aceros, fue muy aplaudido y despedido con gran ovación. Lamentablemente, el común denominador de la corrida fue la mansedumbre, que hizo estrellar las ilusiones de los matadores y de los aficionados cartageneros. En especial, los turistas que acudieron a la plaza y que por estas fechas veranean en una de las ciudades más bonitas de América.
Hoy se espera un lleno completo en la segunda corrida, en la que se anuncian toros de JuliánBarbero para los matadores colombianos Nelson Segura y Diego González, y el debut del madrileño Ángel Gómez Escorial