De la corrida de Javier Pérez Tabernero destacó el cuarto toro, que empujó con bravura el caballo en dos encuentros largos y que llegó al último tercio con un excelente tranco, especialmente por el pitón izquierdo. Caballero le dio primero la distancia larga, reduciéndola poco a poco e hilvanando una faena firme, con gusto y ligazón. Lo mató de una buena estocada y cortó la única oreja de la tarde. Con su primero, el albacetense había realizado una faena decorosa con un toro noble, pero sin motor.
Deslucida resulto la reaparición de José Tomás. El torero de Galapagar aprovechó algo el viaje del segundo para conseguir algunas tandas, sin que la faena tomara cuerpo. Como lo mató de una buena estocada fue ovacionado. Frente al quinto, flojo, no se complicó y lo pasaportó al cuarto viaje, después de una faena de aliño, siendo su actuación amablemente silenciada.
César Jiménez, que venía sustituyendo a Antonio Barrera, anduvo variado y lucido con el capote. Su primera faena fue de más a menos ya que el toro no duró. Lo mató de dos pinchazos, estocada desprendida y un descabello. Paciente resultó su trasteo frente al sexto. Otro toro noble, pero flojo al que consiguió meter en la canasta sacando largos muletazos, pero la sosería del astado quitó relieve a su actuación. Lo mató de una estocada caída y tres descabello. Fue ovacionado.