MÓNICA ALAEJOS
Valladolid (España). Manolo Sánchezha abierto en triunfo la Feria de Valladolid, donde ha cortado un total de tres orejas en una tarde en la que destacó especialmente al natural ante el noble quinto de Valdefresno. David Luguillano,que volvía hoy al coso castellano tras tres años ausente, ha podido gustarse en el cuarto y sólo su fallo con los aceros le ha dejado sin premio. Ovación para Joselillo con una corrida de Valdefresno con posibilidades en líneas generales y en la que destacaron los toros lidiados en cuarto y quinto lugar.
Manolo Sánchezdesorejó al noble quinto, al que recibió con dos largas cambiadas en el tercio. Tiró de técnica para fijarlo en el capote, perdiendo pies sin consecuencias. El torero enseguida se dio cuenta de que el pitón del toro era el izquierdo y sin pensárselo se echó la muleta a la zurda, por donde llegó lo mejor del trasteo en naturales hondos, largos y al ralentí. El de Valdefresno humilló y Manolo Sánchez le aportó temple en una labor de mucha estética que fue ganando en ajuste por el pitón derecho. Lo mató de media estocada y el público lo premió con dos orejas.
El segundo, muy abierto de pitones, repitió en el capote de Manolo Sánchez, que dibujó un armónico saludo a la verónica rematado a una mano. Muy medido en varas, el público aplaudió a Pedro Iturraldetras el puyazo. En la faena de muleta, el torero local se gustó en el inicio y el toro obedeció a los toques desplazándose. No le molestó por el pitón izquierdo y por el derecho lo llevó cosido a la muleta, aprovechando su calidad, pero al final el toro vino a menos y tras un final en la corta distancia paseó el primer apéndice.
David Luguillanovolvía a Valladolid tras tres años de ausencia. El espada trató de estirarse a la verónica, componiendo bien la figura y fijando al de Valdefresno, que no se empleó en varas y se defendió en banderillas, por lo que Luguillano, ya muleta en mano, inició con lógicas precauciones en el tercio. El animal, de viaje cambiante e incierto no se empleó por el izquierdo y se acabó pronto por el derecho, llegando a echarse en plena lidia. Remató mal a espadas y fue silenciado.
El cuarto fue un buen toro y Luguillano estuvo entonado y entregado con él. Lo llevó muy bien en el inicio de faena, para después aprovechar la nobleza del toro, que tuvo la virtud de humillar y de responder a sus toques con fijeza. Detalles muy de su firma entre los que destacó un cambio de mano con profundidad, en una labor que de no haber sido por el fallo con los aceros hubiese obtenido más premio que la ovación con saludos.
Joselillotrató de ahormar de salida la embestida en el capote del desrazado tercero, al que pudo robar dos lances y una media con cierto lustre. En el inicio de faena citó en los medios para un cambiado por la espalda para después darle sitio en las primeras tandas del trasteo. El resto transcurrió sin apreturas por la poca fuerza del astado. Joselillo buscó la ligazón tratando de perderle pasos, pero no prendió. Tras pinchazo y estocada, saludó una ovación.
Tras brindar al público el sexto, se dobló con el toro para sacarlo más allá del tercio. Una tanda ligada al natural metió al publico en la faena, aunque en alguna fase del trasteo faltó ajuste y hubo más voluntad que lucimiento en el quehacer del torero frente a un toro de Valdefresno que tuvo fijeza y recorrido por los dos pitones.
Plaza de toros de Valladolid. Primer festejo de la Feria de la Virgen de San Lorenzo. Con un tercio de entrada se lidian toros de Valdefresno, con posibilidades en líneas generales a excepción de primero y tercero, justos de raza. Los mejores, cuarto y quinto, de buen juego y aplaudidos en el arrastre. David Luguillano, silencio y ovación; Manolo Sánchez, oreja y dos orejas y Joselillo, ovación y ovación tras aviso.