Como en una de mafiosos. Así se murió la corrida, cementado el cadáver y tirado al fondo del río para que el cuerpo no flote. Para que no queden posibles pistas ni cuerpo del delito, pues sin muerto no hay crimen. Ni castigo. Pero las pistas vienen no de tan lejos: pregonada como hito de la Comunidad hace meses, desestimados los toros de Victorino porque las figuras miraban hacia otro lado, con el corte de mangas al reto tardío de El Juli de torear esta corrida con José Tomás y los albaserradas, anunciada desde el Centro de Asuntos Taurinos como la panacea, se nos presentó el día del festejo: una corrida semi chica, fea de hechuras, dispar de tipo y con plomo del Núñez del Cuvillo. Toros de cemento sin fachada y sin trastienda. ¿Esta era la corrida tan pregonada?
Dos pistas a seguir. Primera, que la Comunidad de Madrid se blindó contratando a José Tomás para, anunciada junto a la Feria asegurarse el llenazo. O sea que los políticos eligieron la vía «torerista» desestimando la «torista» pero sin tener en cuenta a un elemento sustancial que no entiende de etiquetas: el toro. Segunda pista: si esta es la corrida por la que se pelean las figuras, algo malo sucede. Si esta es la corrida impecable, los responsables de la misma saben poco de toros. Y si esta es la imagen de la Fiesta, televisada para todo el mundo, apañados vamos. Se han rechazado toros de mejor y mayor presencia en la feria y por eso volvemos a preguntar a quien corresponda: ¿quién tiene en la mano la vara de medir?
Si se hace el esfuerzo en bajar el tamaño del toro, la respuesta de la corrida de hoy es una bofetada. ¿No hay una corrida mejor construida, mejor presentada, para el día más importante del año? De los cinco lidiados, tres procedencias distintas, supongo, desde los acucharados de cuerna, de mazorca gruesa, bizcos, muy anchos de sienes, bastos como el segundo, de cara lavada y montados como el sexto, pasando por el toro corto de cuello y el que se tapó por delante… Una excelente elección, incluido un sobrero de tipología indefinida (¿ Atanasio por el hierro o Santa Coloma agigantado por tipo?) De María Lourdes Martín. Buen toro el de las figuras para la Beneficencia, pedazo de corrida.
Sin fuerza el primero, toro para ver con indulgencia, noble, de fuerzas ralentizadas, fue el mejor de la corrida. Después de un leve castigo en varas, indultado por el presidente Torrente, Caballero lo muleteó como en un tentadero: esa era la emoción que había, con mejor tono con la mano izquierda. Pero el público esperaba a pasar página con la esperanza del futuro próximo que fue un castaño feo, sin fuerza, de galope cansino y mansurroncete con el que José Tomás se puso una vez por el lado izquierdo y otra por el derecho antes de eternizarse en un rosario de pinchazos y descabellos
El tercero tampoco tenía fuerza. Serio por delante (algunos salieron excesivamente astifinos) y de cuerpo anodino, fue toro berreón, que se movió poco y con cierto genio defensivo en la muleta de Morante de la Puebla, en un quiero y no puedo de toro y torero con el que se certificó la primera parte de este espectáculo extraordinario. La segunda parte fue una condena: más de lo mismo con la grata sorpresa de un sobrero de María Lourdes Martín buscado por la noche en Salamanca por los que llevan a José Tomás: ese tipo de toro perfecto, impecable… para no ser embarcado y menos para Madrid. Descastado y parado, Caballero se estrelló con él.
El quinto se empleó en varas y, en el capote de Luciano Núñez, se desplazó bien. No tenía fuerza el toro, ni buena condición, multiplicando su genio al enganchar reiteradamente la muleta de José Tomás, empeñado en evitar su descompuesta y escasa movilidad. Cerró festejo un toro largo, montado, de cara lavada y cuerpo sin armonía, manso y puesto a la defensiva al tercer muletazo obligado de Morante de la Puebla. Con este ejemplar finalizó la CORRIDA EXTRAORDINARIA DE BENEFICENCIA por la que se pelearon las figuras, la que dejó fuera a El Juli y a los victorinos, la que iba a ser la releche. Pedazo de corrida, sí señor.